TV-Comunicación

Obligada cautela

  • En la jungla de la TDT hay canales como 'Veo' o 'La Sexta 3' que se empeñan en buen cine.

Deliverance, El largo viernes santo, Annie Hall, Manhattan, Stavisky, El círculo rojo, Fascinación, La hoguera de las vanidades, Todos los hombres del presidente… Estos son algunos de los títulos que La Sexta 3 y Veo 7 han emitido recientemente, sin duda un alivio para aquellos -especie en extinción- que aún dependan de la televisión para consumir películas. Este repunte de calidad es una de las moderadamente buenas noticias del advenimiento de la TDT, una jungla bastante absurda de canales que hasta día de hoy no se caracterizan por la innovación o el atrevimiento en sus emisiones. Habrá que esperar aún un poco antes de lanzar las campanas al vuelo y celebrar que ha vuelto a ser posible ver un ciclo de películas de un mismo director en un canal (el caso Woody Allen en La Sexta 3) o, simplemente, filmes importantes que el televidente no se sabe de memoria, ya que hay indudables signos de provisionalidad y azar en este inesperado punto de giro. Además de en La Sexta 3, el canal, digamos, más profesional, que está sacando partido de un reciente acuerdo con la Warner para la emisión de películas sobre todo de los años ochenta, la TDT tiene otros focos de buena oferta cinematográfica en Veo 7 o Intereconomía -canales en los que, eso sí, mora la cinefilia nostálgica y reaccionaria de Carlos Pumares o J. M. de Prada, quien hace las veces de Garci en el programa Lágrimas en la lluvia-. El problema radica en la dificultad que existe en saber por parte no sólo del televidente sino también del profesional de la información qué películas emiten diariamente estos canales, siendo la falta de transparencia y publicidad lo que más invita al pesimismo, a la consideración de que el cine, en el fondo, no parece interesarles demasiado. De todas formas, y teniendo en cuenta que desde la fatídica fusión de Digital Plus y Vía Digital, en un contexto en el que también desaparecieron canales locales con dignas programaciones de películas clásicas, la oferta de cine de calidad ha ido desapareciendo de las parrillas públicas y privadas, es posible que este oasis de buen cine indique simplemente que el fondo ya había sido tocado y que era imposible seguir emitiendo sólo películas lamentables, porque agotaron el catálogo.

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