Día de la Mujer en el televisor

Series en femenino singular

  • Cómo se fueron empoderando los personajes femeninos desde 'La mujer policía', emitida en la TVE en blanco y negro

Angie Dickinson, 'La mujer policía', serie estrenada en España en 1975

Angie Dickinson, 'La mujer policía', serie estrenada en España en 1975 / NBC

Hay que arriesgar, pongamos a una mujer policía de raza negra. La actriz en la vida real se llamaba Teresa Graves y en la ficción Christie Love. En la España de 1976 se asumió con bastante normalidad que entre las primeras agentes locales que se veían por las calles se colara por el televisor esta detective, que a fin de cuentas en el fondo se tomaba casi como un disparate de los extranjeros.

Cuando aún en nuestro país los mayores de entonces deseaban que sus mujeres se quedasen en casa con la pata quebrada, en Estados Unidos a través de la pantalla más influyente comenzaban a crearse nuevos registros y mentalidades sobre la mujer. Y de refilón vinieron a cambiar roles y conceptos en una España que se renovaba deprisa en las instituciones pero a marchas forzadas en su cerebelo social. Antes de Christie Love ya en la sobremesa de la Primera Cadena (es decir, se programaba a deshoras) en 1975 aterrizó La mujer policía, que rescataba a un rostro truncado en Hollywood, Angie Dickison. Una detective a lo Mortadelo dispuesta a atrapar a los malos.

Esas dos primeras policías que llegaron a TVE con la transición, Christie y Pepper (el nombre de la agente de Dickinson), ya aparecieron como una osadía en el Estados Unidos de 1974, pero aventuraban que los nuevos tiempos debían ser más femeninos. Franco, recordemos, se fue al Valle de los Caídos en pleno Año Internacional de la Mujer. En nuestra televisión, aparte de los bustos parlantes (qué nombre más despectivo) de continunidad, comenzaban a aparecer reporteras (Carmen Sarmiento) o presentadoras de informativos (Clara Isabel Francia o la actual administradora de RTVE, Rosa María Mateo). Muy lejos por supuesto de la equiparación, pero trayendo una normalización sobre las mujeres trabajadoras que venían a revalorizar a las que ya llevaban años ganándose un sueldo.

De la comedia a las reclusas

La televisión en blanco y negro mostraba las primeras mujeres que pisaban fuerte sin usar los tacones, como recuerdan los entonces niños, hoy padres e incluso abuelos (sí, madres y abuelas): como la fugada camarera Alicia (la versión televisiva de la película Alicia ya no vive aquí), la periodista Mary Tyler Moore (La chica de la tele), productora además de su propio show, o la futurista doctora Russell (Barbara Bain) de la británica Espacio 1999, que se acompañó de una desinhibida extraterrestre, Maya (Catherine Schell), antiprincesita capaz de convertirse en cualquier otro ser para vencer a los villanos ¿Alguien pedía un mensaje de integración para los transexuales? Que se lo digan a los espectadores de Espacio 1999 y de Mazinger Z con el Barón Ashler.

Fueron los adultos de entonces los que protestaban por estos contenidos que encantaban a aquellos niños de balones y nancys para los que los teléfonos móviles eran cosa del Superagente 86 (y su amada 99).

Todas las investigadoras de la tele, desde Kate Beckett de Castle a Sarah Linden de The Killing (a su vez de la danesa Forbrydelsen) evolucionan desde Christie Love y La mujer policía.

Y de la investigadora literata Jessica Fletcher, la incombustible Angel Landsbury de Se ha escrito un crimen, heredera de Miss Marple. Desde España exportamos a Estados Unidos en esta misma década a la inspectora Laura Lebrel, investigadora y madre a tiempo completo.

Los ángeles de Charlie llegaron un poquito antes de la Constitución en aquellos roles de agentes de policía que se seguían más por su vertiente sexy que por su empoderamiento, pero la televisión estadounidense que llegaba en cuentagotas a TVE ponía a la mujer en primer plano, como la piloto del helicóptero de 240 Robert, a cargo de Joanna Cassidy (y con Mark Harmon, el de Navy, en su primera serie). Una mujer se encargaba de un helicóptero en la tele del entretenimiento cuando las conductoras españolas aún tenían que escuchar de todo al volante.

Las Davinias que existen entre nosotros le deben el nombre a la protagonista de una serie británica, La fundación, donde una viuda tenía que lidiar en un mundo de gentlemen ambiciosos y machistas, siglos antes de la abogada de la magnífica The good wife. El papel de Alicia Florrick lo interpretaba Julianna Marguelies, procedente a su vez de Urgencias.

Policías, doctoras, periodistas (qué grande Candice Bergen en Murphy Brown) y abogadas llegaban desde un mundo de ficción a influir en el mundo real, rizándose hasta el ámbito penitenciario de Orange is the new black o Vis a vis.

Desde las series de acción las mujeres comenzaron a demostrar su valía y sus valores en cualquier campo;y desde la comedia se desmontaban muchos clichés casposos, más allá del rol maternal de la pionera Lucy Ball, hasta encadenar con mayores sin reparos como Las chicas de oro, mujeres que convivían sin importar lo que dijeran los demás, comoKate y Ellie; y matriarcas comunistas dispuestas siempre a meter el mundo en vereda como la Sole (Amparo Baró, que estás en los cielos) de Siete vidas.

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