TV-Comunicación

¿Cómo descubrió Karlos Arguiñano al camarero que le robaba de la caja?

Karlos Arguiñano con su último recetario en el plató de su programa

Karlos Arguiñano con su último recetario en el plató de su programa

En este verano se ha tenido muy en cuenta el método CLM, sistema por el que Karlos Arguiñano adelgazó, según las recomendaciones de un médico zaragozano, y que siempre recomienda a todos el público para tener el sobrepeso a raya.

Desde este lunes Arguiñano vuelve a la vitro de su plató de televisión e inicia una nueva temporada en Antena 3 tras haber debutado ya hace 31 años en una televisión a nivel nacional, en La 1.

Las recetas sencillas, sanas, con su toque tradicional, forman la base de Arguiñano, capaz de hacer los platos más sofisticados cuando llegan fechas señaladas, pero siempre con ingredientes al alcance de la mano. Huye siempre de lo exclusivo.

En esa línea siempre se ha cimentado el restaurante de la familia en Zarauz, Guipúzcoa, cerca de San Sebastián.

Karlos Arguiñano Karlos Arguiñano

Karlos Arguiñano

Karlos Arguiñano ha sido de los chefs que se forjaron en el negocio de siempre y que destacaron por planteamientos diferentes sin renunciar nunca a la calidad, las señas de identidad y el buen servicio. El buen trato del cocinero es su seña de identidad.

Pero también ha tenido dificultades en el ámbito profesional. Problemas de su entorno cercano. En su última entrevista en El Hormiguero admitió que ha pillado a algún trabajador de su casa con malas prácticas o directamente robándole en la caja del restaurante.

Arguiñano relató cómo le seguía la pista a un camarero del que sospechaba que metía la mano en los billetes para ir sisando de la caja, de forma constante, ya que los balances diarios nunca cuadraban.

Para pillar con las manos en la masa (precisamente el nombre del programa al que relevó en TVE el chef vasco), Arguiñano marcó todos los billetes que había depositados en la caja registradora. Cada billete llevaba una firma. Cuando el camarero fue a sisar su porción al terminar la jornada Arguiñano le exigió que le enseñara los billetes en la cartera: era el dinero que había marcado y que inevitablemente el operario había extraído de la caja registradora, despidiéndolo en ese instante.

No es frecuente que Karlos Arguiñano se tome a drama lo que sucede en el trabajo, pero casos así causan el lógico disgusto y enfado.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios