Entrevista al reportero Antonio Montero

“En todos los países se quejan de cómo lo hacen sus gobiernos con el covid”

  • 'Españoles en el mundo' inicia este miércoles nueva temporada en La 1, con Maldivas como primera parada en el recorrido en pandemia. Montero ha estado en Suecia, Portugal, México y Serbia 

Antonio Montero y una española residente en Suecia, sin mascarilla

Antonio Montero y una española residente en Suecia, sin mascarilla

Españoles en el mundo regresa este miércoles por la noche a La 1 con nuevos destinos, con ganas de invitar a viajar y conocer. Con los destinos en pandemia, con las limitaciones de seguridad y horarias, el programa de Secuoya toma el vuelo hoy a Maldivas.

El reportero malagueño Antonio Montero, de la escuela de Andalucía Directo, es uno de los rostros de este espacio de La 1 y que ha viajado para esta temporada a Suecia, Portugal, México y Serbia. En cuanto se pueda retomar el turismo de siempre, los pasos de Montero (que también trabajó en Andalucía de Fiesta o Centerarios en Canal Sur) son para seguirlos.

–Esta temporada de Españoles en el mundo es la más extraña que ustedes habrían podido imaginar.

–Nadie hubiera sospechado todo lo que nos ha pasado en el último año. La intención de este programa es dar alegría al espectador, animarnos a que se podrá viajar pronto. Hemos viajado ahora a destinos que eran factibles, que las condiciones nos permitían no tener que guardar cuarentena.

–¿Cuándo se grabaron estos reportajes?

–Fue en noviembre. Ya era una época muy complicada con la pandemia. Siempre tenemos un abanico de elecciones para los destinos y en esta ocasión hemos tenido que someternos a la situación del destino en la pandemia, con todas las medidas y nos hemos hecho pruebas PCR en todo momento. Tuvimos suerte de que ningún equipo tuvo que suspender la grabación por enfermedad.

El reportero Antonio Montero El reportero Antonio Montero

El reportero Antonio Montero / RTVE

–En Suecia les veremos sin mascarilla.

–Es el tercer programa de esta temporada. Lo advertimos al principio. En Suecia sólo era necesaria la distancia de seguridad. Allí se entendió que cambiar las mascarillas con la frecuencia necesaria entre la gente no se iba a producir así que se optó por prescindir la mascarilla. Estuvimo en la costa oeste, Gotemburgo, Strömstad, localidades tranquilas.

–¿Se sintieron inseguros por ir sin mascarillas?

–Yo no tuve sensación de peligro, de inseguridad. Optamos por mantener distancia y no mezclarnos en interiores. No nos pasó nada y es la muestra de que se puede viajar en pandemia. La lástima de estos meses es no encontrarte las ciudades llenas de gente, ha desaparecido la vida nocturna. Eso en México y Serbia ha sido una pena no poder ofrecerlo en el resportaje.

–¿Cómo fue la experiencia en México en estas circunstancias?

–En México no tenemos nada de noche porque a las siete de la tarde no podía haber reuniones. En esta temporada tampoco aparecen conicertos, eventos, que dan mucho color. En México nos preguntaban por cómo se vivía la pandemia en España. Allí no hay ERTE ni ninguna ayuda, muchos mexicanos si no van a trabajar, o no pueden trabajar, no comen.

–¿Y qué impresión tiene de los españoles por ese mundo lleno de coronavirus?

–Están resignados con no poder venir. Nos reconocían que en España no lo estamos haciendo tan mal. En todos los países se quejan de cómo lo hacen sus gobiernos con el covid. En Portugal se quejaban mucho de cómo se gestionaba la pandemia cuando aquí muchas veces se ha puesto de ejemplo la gestión en Portugal.

–¿Y cómo encajan en esos países la crisis?

–Me llamó la atención que en Suecia allí no había pánico y tenían el doble de muertos que en Andalucía. No estaban todos los días hablando del covid y los informativos abrían con otros asuntos. Lo llevan de manera diferente. En México, que han tenido una cantida exagerada de muertes, todo el mundo cumplía con su mascarilla y las medidas. de seguridad.

–En Serbia ha contemplado un país con la vacunación a ritmo acelerado

–En Belgrado todo el mundo se acercaba a darte la mano y no hemos parado de ponernos alcohol. Allí todos están vacunados entre China y Rusia. Me encanta el carácter de los serbios, son muy parecidos a nosotros. Belgrado es un caos de arquitectuta, ha sido destruida 50 veces a lo largo de su historia. Tiene un gran encanto.

–¿Con tantas dificultades pudieron contar con todos los españoles que podían salir?

–Sí. Mi trabajo de producción lo pude hacer en Málaga. A mí no me pesó el confinamiento, no me vino mal. Hemos hecho como en otras temporadas, con ocho o nueve minutos por familia y si hay mayoría de andaluces, si funcionan, si molan, no me importa tirar para la tierra. Entramos en las casas de los españoles si tienen algo que contar por costumbres, adaptación. Siempre se vuelcan con nosotros.

–Acostrumbrado a viajar tanto ¿no se sintió asfixiado con el confinamiento del pasado año?

–Cuando termino un viaje intento pasar el tiempo de calidad en casa. El cuerpo me pide casa. Me gusta parar un mes, así que me lo tomé como un regreso largo. Mis niñas y mi mujer me echan de menos, así que lo disfruté. Y con la producción desde Málaga sólo me hace falta un teléfono sin problemas de facturación y un ordenador.

–En cuanto pueda ¿qué país le gustaría enseñar a su familia?

–Yo ya tengo una hija que quiere viajar a todos los países que he ido y hay algunos en que lo pasé mal. Sin duda me gustaría llevar a mi familia a Nueva Zelanda, a perdernos por sus paisajes con una autocaravana.

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