Los 50 últimos capítulos que ponen fin a Arrayán en estas semanas se terminaron de grabar en septiembre. Desde entonces en el plató de la malagueña localidad de Coín donde se afrontaba el serial de Canal Sur reina el silencio y con él, la próxima liquidación de todo el equipo técnico que ha trabajado a lo largo de este decenio largo de producción. Linze, la productora granadina del grupo Endemol, ha presentado un ERE para los 72 trabajadores que elaboraban Arrayán ya que la dirección de la RTVA no contempla una serie propia para el próximo año. Arrayán se acaba en la ficción y eso conlleva el fin de un equipo que en estos días aspira a su permanencia dentro de otras producciones del grupo internacional. José Moreno, del comité de empresa y director de fotografía de la serie desde que en 1998 era Plaza Alta, señala incluso que se ofertan unas indemnizaciones por debajo del límite legal y que se rechaza mantener a los operarios pese a que Linze tiene avanzado un proyecto para producir una telenovela para Caracol TV en tierras colombianas.

Moreno lamenta que se desmantele todo lo que en estos años se ha levantado en Coín, sin reacción de la RTVA y de la empresa Linze. Según los datos aportados a los trabajadores, la productora ha tenido unos 2 millones de euros de beneficio anual, "lo que rebate que Arrayán se produjera con unos costes muy ajustados como han defendido", señala el comité. La serie nocturna diaria suponía anualmente unos 5 millones de euros, siendo la única ficción propia que contemplaba el presupuesto de la cadena autonómica en los dos últimos años. Arrayán dice adiós en diciembre con muchas historias personales detrás.