Tras el Benidorm Fes

Al cabo de 50 años resucita el Festival de la OTI, ahora Hispavisión

  • El presidente de RTVE, José Manuel Pérez Tornero, presenta la propuesta de un Eurovisión de países en lengua española, con Portugal y Brasil como miembros invitados

Rigoberta Bandini y su teta gigante en el Benidorm Fest

Rigoberta Bandini y su teta gigante en el Benidorm Fest / RTVE

Hay más consecuencias del Benidorm Fest además  del enfado gallego por Tanxugueiras y la valoración del jurado. El éxito y la repercursión internacional de la selección eurovisiva española ha dado alas a TVE que ha dado ahora el paso, con esos mimbres, para resucitar el Festival de la OTI, que quedó orillado hace 22 años, en 2000.

De nuevo se votarán las mejores canciones en español en un recuperado festival que se llamará Hispavisión que promoverá la cadena pública española con las otras de países de habla española más Portugal y Brasil como miembros invitados, tal como sucedía en aquella OTI que nacía hace precisamente 50 años en Madrid. En principio la primera edición de Hispavisión será en 2023 en Cartagena de Indias, Colombia

Tras la estela Eurovisión, y ante el éxito que supondrá la presencia de la hispanocubana Chanel con Slo Mo (curiosamente cantada a medias entre español e inglés), se presenta la reválida de un festival de interés global con exaltación de los ritmos latinos que pululan por todas las listas de éxito.

'Slo Mo', Chanel, en la final del Benidorm Fest

Superada aquella etapa de las baladas del Festival de la OTI, los nuevos ritmos pueden dar una excepcional oportunidad de primer plano global a Hispavisión. Hay muchas posibilidades en la 'renaciente' posibilidad.

En 2012, con motivo de los 40 años del Festival de la OTI, este periódico ofreció esta retrospectiva:

'América, América', el festival de la OTI

¿Conocen a Anabel Russ? ¿Les suena de algo? ¿Nada? Pues la desconocida Anabel Russ fue la cantante española que ganó el Festival de la OTI en el año 1996. En fin, un ejemplo de la poca trascendencia que ya generaba el festival que reunía a las cadenas ibéricas y latinoamericanas durante un par de noches (llegó a ir por delante de Eurovisión en eso de las semifinales y gala final) para deleite de estilistas y diseñadores de otro tiempo.

Con todo el potencial que tiene el contacto con nuestra América, como bien se vino a comentar en la reciente Cumbre de Cádiz, en ese continente donde incluso ahora está nuestro salvavidas económico, el musical que reunía a una veintena de países con el nuevo siglo desapareció del mapa. No había cristo, ni canal, que se animara a organizarlo. Murió abandonado por todos aunque de vez en cuando hay quien piden que vuelva. 

Si hoy estuviera vivo el "Festival de la Otitis" (Martes y Trece dixit en sus parodias) cumpliría 40 años y hasta daría tema para una crónica en 300 millones, otro invento de la TVE setentera para capturar a lazo el otro charco, esas tierras que hace doscientos años comenzaron a coger el escampavía de la independencia.

Con lo mucho que se divirtió el personal con el "¿Por qué no te callas?" del Rey, las cumbres iberoamericanas son la traslación política y diplomática a aquellos tremendos festivales de pajaritas y floripondios que cantaban a la fraternidad con títulos como Hermano hispanoamericano, Gloria Janeth, Honduras, 1979; o Una canción para dos mundos, Jesús Fichamba, Ecuador, 1992. ¿A qué Josema y Millán se quedaban cortos?

Hace 50 años el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid, llamado a ser el ombligo de Naranjito, acogía el primer Festival de la OTI, el orgullo del tercer mundo, un remedo eurovisivo promovido por España en un momento de euforia política para sacudirse complejos franquistas y una oportunidad similar para otros tantos regímenes bananeros. Portugal, que también vivía en su dictadura, tampoco faltó. Y al cantante mexicano, Alberto Ángel El Cuervo, lo descalificaron porque le dio por cantar Yo no voy a la guerra, todo un canto a la objeción y a los malos recuerdos.
La TVE de Franco, dirigida entonces por Adolfo Suárez, se mosqueó y tiró de un buen puñado de jurados para decir que el mexicano se marchara con su sermón a otra parte, que no viniera complicar la fiesta. A partir de ahí la cita de la OTI arrancó con malos rollos y muchas dudas, pese a la voluntad de los presentadores, Rosa María Mateo y el chileno Raúl Matas. La representante española era Marisol, que cantaba Niña cuando ya no quería serlo, pero ganó Brasil. Claudia Regina y Tobías, con Diálogo.

Con el espejo de Eurovisión, hasta 1981 los votos se emitían vía telefónica, lo que generaba problemas continuos. Se cambió por un "jurado de expertos" que a veces, la mayoría, se cubrió de gloria.

Anécdotas de la OTI...

Marisol, la primera representante

TVE tiró la casa por la ventana para el primer Festival de la OTI y para el que se seleccionó a Marisol, que acabó en tercer lugar. Entre las canciones españolas más interesantes enviadas a la OTI podrían figurar el Amor de medianoche de Cecilia (1976), Rómpeme, mátame, de Trigo Limpio (1977); y, desde el lado comercial, Querer y perder de Dyango (1980) y Eres mi debilidad, Marcos Llunas, 1995, padre e hijo.

Por ser menor de edad

Shakira. La cantante colombiana iba a ganar de calle la preselección de su país en 1992, pero al final se tuvo que quedar en casa. Al ser menor de 16 años no podía acudir al festival. Otras figuras  comerciales de primer nivel que participaron en la OTI fueron la mexicana Yuri, que fue tercera en el 84,  o Carlos Mejía Godoy.

'Latino' la más vendida

La mayor revelación salida de la OTI fue Francisco, surgido a su vez del programa Gente joven, un OT del Jurásico. El tema Latino fue un gran éxito y el valenciano se hizo muy popular. Le dio tiempo para ganar otra vez, en 1992, y presentó las dos ediciones siguientes que se celebraron en su ciudad natal.

España ganó en 6 veces durante 20 años

La OTI era mucho de la llamada "Madre Patria", y venció en seis ocasiones. La primera, en 1976 con la navarra María Ostiz y Canta cigarra. En 1981 la gran oportunidad fue con Francisco y el mencionado Latino. El valenciano repetiría en 1992 con A dónde voy sin ti. Con él de presentador en Valencia, en 1993, vencía  Ana Reverte con Enamorarse. Marcos Llunas, que era un ídolo ya en toda América, venció en un clamor en San Bernardino, Paraguay, en 1995 con Eres mi debilidad. Y en 1996 fue el turno de la mencionada más arriba Anabel Russ con Mis manos.

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