En 2004, con el estreno en Estados Unidos de Pimp my ride, el mundo del tuning cambió para siempre. El espacio mostró al planeta a lo largo de seis temporadas que esta palabra que viene del inglés no sólo tiene que ver con personalizar un coche pintándolo de colores y poniéndole luces por todas partes. Es algo más, mucho más. Este programa de telerrealidad también habla de sensaciones y una forma de vida, de ahí su repercusión. Un formato que ha tenido tanto éxito que ha llegado a multitud de países incluyendo a España. Desde hace semanas, las carreteras de este país se van llenando de automóviles dignos de admirar. Coches que, gracias a su paso por el taller de Jota Caballero, jefe de mecánicos de MTV Tuning España, han pasado de ser carne de desguace a auténticas obras de arte, luciendo y rugiendo como nuevas.

-Qué curioso esto del tuning, mientras que muchos lo asocian a gustos muy definidos resulta que tiene millones de adeptos...

-Sí, y lo mejor es que todos estamos rodeados de tuning sin saberlo. Es un término que sólo se asocia al mundo del motor y de los coches  pero que realmente está presente cuando vamos a la peluquería a cambiarnos el color del pelo, nos hacemos un tatuaje o nos ponemos un tipo determinado de ropa. Y más ahora que todos nos preocupamos tanto de la estética. El tuning es una forma de vida, que está ahí y no somos conscientes. Es mucho más un hobby.

-Una forma de vida un pelín elevada de precio, ¿o me equivoco?

-Sí, porque hay muchas formas de hacer tuning al igual que las hay de comprarse un bolso. Lo puedes comprar de firma o de mercadillo. Me refiero a que tunear un coche no siempre tiene que estar acompañado de una gran cantidad de dinero, se pueden hacer cambios muy significativos con pocos medios. Si un padre pone los cristales de su coche oscuros para que su hijo no se abrase con el sol, también hace tuning. Ahora, si alguien quiere hacer algo extremo, muy llamativo, ya cambia la cosa. Como en todo.

-Lo accesible, lo desconocido... ¿Pueden ser estos los ingredientes del éxito de este formato?

-Al parecer, a la gente le gusta el tuning en España, y nosotros estamos súper orgullosos de la acogida. MTV Tuning España es una adaptación del famoso Pimp my ride y al principio nos dio vértigo. Pero tenemos ganas e intentamos que sea entretenido. Es un programa diferente a lo que hemos visto. Ahí puede estar el secreto.

-Me habla de ganas, de ilusión... ¿Se imaginó alguna vez que sería jefe de taller de MTV Tuning?

-Nooo. Mi equipo y yo llevamos años currando, somos gente normal y trabajadora. Eso sí, nunca tiramos la toalla y luchamos por ser los mejores. Y aquí estamos. Conocíamos el programa de Estados Unidos y ahora es nuestra responsabilidad. Sabemos de lo que estamos hablando y eso corre a nuestro favor, ahora tenemos que soltarnos del todo y disfrutar más.

-¿Tenía experiencia en televisión?

-Para nada. Para este programa he abierto las puertas de mi negocio y he expuesto mi trabajo a toda España. Al principio nos costaba mucho expresarnos, pero ya estamos empezando a pasarlo bien.

-Cuando os llega un proyecto, ¿cuál es vuestro principal objetivo?

-Que sea una prolongación del dueño, que sea acorde a sus gustos. Siempre y cuando esté dentro de la legalidad. El tema de las leyes es nuestra principal zancadilla porque los coches tienen que salir de mi taller con las condiciones idóneas para circular. Por ello, el trabajo creativo muchas veces no puede ser tan espectacular. El coche se repara por dentro y por fuera.

-¿Está ahí la diferencia con el programa original de EEUU?

-Efectivamente. En otros países hay una cultura de los coches brutal, le dan la importancia que tienen pues forman parte de nuestras vidas. En Estados Unidos montan cosas espectaculares pues tienen libertad creativa absoluta y total. Muchas cosas luego hasta tienen que quitarlas, porque no son posibles. Aquí estamos condicionados pero orgullosos de los resultados.