Toros

Ángel Romero: 'mi pelea está en entrar en Sevilla o en Las Ventas'

  • El matador de toros sanluqueño, inédito en nuestras plazas donde solamente ha toreado una vez en su ciudad, espera la oportunidad de confirmar la alternativa

Cuando los toreros tienen oportunidades, torean en plazas importantes y se les va el tren, siempre hay culpables o excusas, pero al final de todo está el propio torero. Pero hay toreros que ni siquiera tienen esa oportunidad, y entonces hay otros responsables de que esos talentos se pierdan.

El toreo es muy duro para quien quiere asomar la cabeza, se puede llegar a la alternativa pero luego hay un bache muy difícil de saltar. Toreros capaces y sin oportunidades, con una oferta profesional distinta, están en el banquillo.

Paradigmático es el caso de uno de los nuestros: Ángel Romero, de Sanlúcar. Nieto y hermano de picadores, hijo del pintor Romero Lara. Criado en el concepto más ojedista del toreo, la lidia y Paco Ojeda su religión.

¿Lo han visto torear? La única vez que lo han puesto por estos lares de matador de toros fue en 2008 en Sanlúcar cuando llevaba la plaza de El Pino Paco Dorado: toreó con Julio Benítez y Antonio José Blanco una corrida de Muriel con un lote imposible. Además de enfrentarse a sus toros y a sus compañeros, también tenía en competencia las figuras, que se anunciaban al día siguiente en la misma plaza.

"Eso era cuando la casa Dorado llevaba la plaza y el pliego de condiciones imponía a la empresa poner en una corrida a los toreros de la tierra. Luego vino la empresa actual y la alcaldesa le dio la facilidad de quitar esa cláusula" explica Ángel Romero.

Un matador que no se conforma: "He ido a Colombia y a Perú varios años. Indulté un novillo de Manuel de Prado y Colón de Carvajal en Sanlúcar y por mediación del ganadero fuí a América. Incluso habló con la emrpesa de Sevilla y estuve a punto de torear en La Maestranza, pero fue cuando el hombre se puso malo".

En Colombia, sobre todo, festivales y mucho campo: "me llamaban muchos ganaderos para las tientas de machos"; en Perú fue dos veces triunfador de la Feria de Cutervo y otros pueblos del norte como Laja, Bambamarca, Chiclayo... "Son cosos muy grandes, van muchísimos aficionados, pero lo mismo te encuentras un eral que un torazo de cinco años y a lo mejor no hay picadores. Por suerte yo he ido a los sitios donde se puede ir, no a las plazas donde sueltan toros cuneros". Además, por aquellas carreteras y barrancos, solamente llegar a la plaza es jugarse la vida.

¿Compensa? "Profesionalmente no. No tiene ningún rendimiento porque es difícil que te embista un toro de ocho años toreado. Lo único es que uno se viste de luces y te sientes torero".

La vida de Ángel es la de entrenar y mantener la ilusión y la confianza en sí mismo. Vive en Sevilla y entrena en las ganaderías de Albaserrada y Lora Sangrán: "Mi pelea está en torear en Sevilla o en Madrid, que es lo único que te da. Pero no hay quien entre: o siempre entran los mismos o entran los recomendados. Esto va para abajo porque nosostros mismos nos lo estamos cargando".

Hay soluciones: "ahora que está Manzanares de presidente de los toreros, que tomen el acuerdo de que las figuras no vayan a los pueblos y dejen sitio para que puedan torear los demás y así puedan vernos". O el caso de la televisión andaluza: "dicen que no te ponen porque la audiencia quiere toreros conocidos y sin embargo también te dicen que lo que más audiencia tiene son las novilladas de las escuelas, que son alumnos que no conoce nadie. Otras televisiones autonómicas sí que ponen a toreros no figuras" .

En fin que los toreros tampoco se mojan: "parece que no quieren ser toreros sino vivir como toreros y limitarse a ventear los trastos". Ángel Romero no, el sanluqueño no se conforma y está en la pelea.

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