Nació en Algeciras hace 73 años y vive en Los Barrios. Capitán de la Marina Mercante durante treinta años, muchos de ellos mandando buques en el puerto de Algeciras con destinos a Ceuta y Tánger. Consumado caballista en faenas de campo con el toro bravo. Hoy, rinde respeto y admiración por dos familias ganaderas, emblemáticas, de esta comarca que fueron definitivas en su vida de aficionado: la familia Gallardo y la familia Álvarez y recuerda a dos personas que le abrieron las puertas mágicas de la Fiesta y a su conocimiento, Miguel Mateo 'Miguelín', su amigo y vecino y a don Juan Soto, ilustre veterinario algecireño. 'El Capi' como cariñosamente se le conoce, es un aficionado taurino serio, puro, conoce la realidad de la Fiesta y a sus entresijos a la que dedica su tiempo con voracidad. Adalid del que pasa por taquilla "que es el auténtico dueño de la Fiesta".

La pureza de la corrida es su argumento irrenunciable, manifiesta con rotundidad: "Desprestigiada por aquellos que dentro de ella son los que deberían protegerla". Pone un ejemplo incontestable: "Mira -me dice- si un padre lleva a su hijo al circo a ver a un valiente domador de leones y el niño, que no es tonto, ve como el domador se queda fuera de la jaula y dentro no hay leones sino gatos de bengala, ese niño ya no irá jamás al circo… ¿Qué va a pensar? Pues que le están engañando".

'El Capi' tiene su programa de radio en Los Barrios, Al natural, desde donde reparte estopa; pero también conceptos necesarios y el significado que encierra la corrida de toros con su lenguaje claro, preciso, a veces molesto, combativo; pero auténticamente libre. ¿Cuándo?. En diciembre, en el último Consejo Taurino (CATA) para la provincia de Cádiz, del que es miembro, dejó oír fuerte su voz para que se destierre la manida frase exculpatoria de que 'esto es así'. Siempre está en defensa del que paga, pero me confiesa con pena que "defender al que pasa por la taquilla es luchar contra un muro infranqueable".

"La corrida es un espectáculo muy caro -me dice- y no están por la labor ni los toreros de arriba ni empresarios ni ganaderos. Están encastillados cada uno en lo suyo y no saben que esto se acaba en cuanto la gente no pase por la taquilla".

'El Capi', aboga por abrir los carteles en Las Ferias, dar entrada a matadores nuevos y a ganaderías sobre todo en nuestra Feria Real que este año -apostilla- se va a encontrar de nuevo con un mundial de futbol. Dice que "va a ser una feria muy recortada, de sábado a sábado, el último domingo no hay Feria, es para descansar y al empresario solo le quedan dos días el viernes y el sábado para dar toros. Esto es un problema añadido para el 2014".

Denuncia a las claras la falta de riesgo que hay en las ferias y afirma que "los toreros son los primeros que tienen que asumir su riesgo y si no quieren asumirlos con ganado encastado que hubiesen sido obispos". "Esto -me dice- es como en el teatro, una representación y los únicos importantes son los actores (los toreros) y el publico (nosotros)". "En las reuniones del Consejo Taurino cuando se llega al asunto de los dineros de cada uno nadie aporta nada; pero eso sí, que la administración quite el canon; pero ellos de la bajada del precio de las entradas nada, de eso no se habla".

El Capi fundó en 1983 la Unión de Abonados de Algeciras que preside, abierta a todos los que quieran, sean o no abonados. Dice que el número de abonados en Algeciras está sobre los dos mil, todavía insuficientes. En una pausa de nuestra charla, le pregunto si él sería partidario de proponer de nuevo en el Consejo algo tan nuestro como el 'desencajonamiento' de los toros. Sin dudarlo responde que ¡¡sí!!

"Antes fue un espectáculo que hacía aficionados, con aquellos espectaculares toros Condesos o los Pablo Romeros; ahora ¡claro! Los empresarios se niegan en redondo, aquí ahora vendría bien lo del ejemplo del niño en el circo".

El titular de capitán y alguacilillo tiene su explicación. En 1983, la naviera ISNASA puso en servicio un nuevo barco, el Ciudad de Ceuta y Diego fue su primer capitán. Carlos Corbacho organizó una corrida de toros en Ceuta llevándose para ello la plaza portátil de Los Barrios. Los toros fueron de Marcos Núñez y el cartel: José Antonio Campuzano, El Soro y Pedro Castillo. Todos fueron invitados al puente por Diego, los toreros y empresarios y demás. Corbacho durante la travesía cayó en la cuenta de que en Ceuta, no había alguacilillos. Preocupado lo comentó con Diego y El Capi rápidamente le dijo "eso está solucionado, yo seré el alguacilillo".

Todos quedaron sorprendidos al oírle, ¿Cómo todo un capitán del buque iba a ser el alguacilillo en la corrida? ¡Claro!... Es que no conocían las cosas del Capi. Diego, rápidamente, llamó a un amigo en Ceuta que como él era aficionado al caballo. Tenía una guapa yegua colina que se la dejó para el evento y como Diego, por si acaso, siempre llevaba en el barco su traje corto campero, allí se presentó de esta guisa, huérfano de galones marinos, sobre la yegua de su amigo ceutí. Cuando se plantó delante de las cuadrillas, El Soro lo miraba, algo raro notaba el de Foyos. Diego, se hartó de repartir orejas y rabos. A la vuelta para Algeciras, todos de nuevo en el puente, El Soro, se le acercó y tímidamente le preguntó: "Capitán, ¿Pero de verdad, era usted el mismo que iba de alguacilillo? Sí, Vicente yo era el alguacilillo". Y El Soro: "Capitán, esto es lo más insólito que me ha pasado en toda mi vida como matador de toros".

Diego, por más señas 'El Capi', físicamente parece como uno de esos personajes que se ha escapado del cuadro del Greco, Entierro del Conde de Orgáz, menudo; parece frágil pero no, ¡Es grande por dentro, y sabio! ¿Quizás odiado? ¡Respetado seguro!... Látigo de las siete colas para los malos y desfacedor de entuertos de la Fiesta a la que, estoy seguro de ello, nunca renunciará en defenderla.