Íscar fue, una fiesta. El público respondió a la entrega y variedad de la terna y recompensó con igual entrega. Así, El Cordobés y Padilla salieron en hombros luego de imponerse a la corrida de Sánchez-Arjona y a sus propias espadas. Fue este el elemento que impidió a Diego Silveti acompañarles en la salida triunfal.

El Cordobés cortó dos orejas al primer toro, un ejemplar al que toreó con variedad y entrega y con el que destacó en su toreo con la mano zurda. No pudo ampliar su cuenta en el cuarto, pues se le resistió el acero. De nuevo una labor variada, de mucho contenido.

El quinto fue un ejemplar exigente y obligó a Padilla a hacer un esfuerzo con él. Hubo recompensa en el quehacer del torero andaluz; su tesón fue bien valorado por el público y tras estocada paseó dos orejas. Padilla había estropeado con la espada su faena de mucha voluntad al segundo.

Diego Silveti también vio reducido su balance tras pinchar a su primer toro. Este fue un ejemplar sin continuidad en su embestidas al que supo imponerse. Sí le funcionó la espada a Silveti en el que cerró plaza. Una contundente estocada le sirvió de remate a una labor técnica y bien planteada.

Alrededor de 4.600 espectadores. Toros de Sánchez-Arjona. El Cordobés, dos orejas y ovación; Juan José Padilla, palmas y dos orejas y Diego Silveti, ovación y oreja.