Del Dios Toro

Barquerito

¿Darles conversación a los toros?

LA FERIA, CASI LISTA PARA EL BALANCE De nota en el caballo y gran porte la corrida de El Pilar · Un notable tercero que pedía la voz de mando de un torero

LO más probable es que esta tarde llegue Miura con sus seis toros de todos los años -quiere decirse que seis toros grandísimos- y entonces se dé en básculas y en canales la corrida de mayor promedio de carnes y kilos de toda la feria. Desde que Miura se instaló en el abono de Sevilla como ingrediente obligado, raro ha sido el año en que no ha dado la máxima. Si las carnes de los toros fueran grados de temperatura, se diría de esa manera. La mínima, contra todo pronóstico, la ha dado en la feria de este año Victorino Martín. En punto a pesos.

De los otros puntos ha dejado de hablarse a medida que, con el paso de los días, la silenciosa mayoría de la Maestranza se ponía a añorar los toros de la víspera. Hay quien cree que en cuestión ganadera la feria ha hecho bacarrá. Son corrientes de opinión. Pero raro ha sido el día en que no ha habido un toro. Y ya entendéis lo que quiere decir "un toro". Y ha habido días de dos y no uno. O de dos y medio. Y, apurando, tres.

Está por aclararse si había o no una ganadería digna de los premios tradicionales. A puntos sumados estaba ganando El Ventorrillo. No sólo por la calidad o la categoría de dos de los seis toros jugados. Es que El Juli puso de su parte no todo lo que sabe, que eso no cabe, pero sí lo suficiente como para empujar a los dos suyos. Que pasaron el listón también.

El Juli es el torero que mejor habla a los toros de todos los de ahora. Hablarle a un toro es muy bonito si se sabe cómo hacerlo. Hablar, no pegar voces. Ni gritos. Hay un "¡Vamos, toro, p'alante…!" que, con el acento y la voz de El Juli, debe de sonar como una invitación irresistible. Porque se van p'alante la mayoría. Hay pruebas. De modo que no es ninguna tontería ese consejo clásico que los banderilleros de confianza suelen dar al maestro. Y a los toreros nuevos. Es una especie de abretesésamo: "¡Háblale…!". Pero a veces uno se ha quedado sin saliva y, seca la garganta, las cuerdas vocales se agarrotan como los toros que se afligen al castigo. Y a veces al oír la voz de mando. Cada torero tiene su jerga propia y, si se escoge el caso de El Juli, es porque nadie como él para alegrar y mandar. Y dejar la muleta puesta donde el toro la vea. O la oiga. Y donde la pueda coger.

De los seis toros de Moisés Fraile jugados ayer en Sevilla, hubo uno, tercero de corrida, con las hechuras clásicas de un juampedro moderno, que tuvo muy notable aire. Pero había que hablarle. Decirle las cosas que les dice El Juli a los toros que necesitan un empujón para venirse del todo y seguido. Y hubo dos más, segundo y quinto, que, en cuanto sintieron el reclamo de la voz, no tuvieron que hacerse ni de rogar. En el recuento contará con ventaja esta corrida de El Pilar, que ha sido no sólo la de mayor promedio en pesos de toda la feria sino, además, la de más altura medida de pezuña a pitón. El porte de un toro no es cosa de la base por la altura, y los toreros dicen que los toros altos de agujas están hechos al revés. Casi todos los de ayer se emplearon en el caballo en serio, y cobraron. Para picar también la voz cuenta.

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