Toros

Decepcionante mano a mano de las ganaderías Victorino y Miura

  • El Cid destaca ante el quinto toro, noble y manejable, perteneciente al hierro sevillano · La terna, completada por Rafalillo y Savalli, de marcha de vacío

GANADERÍA: Toros de Miura (primero, tercero y quinto) y el resto de Victorino Martín. Todos bien presentados, pero que dieron mal juego. Únicamente destacó por su nobleza el quinto. TOREROS: Rafael Rubio 'Rafaelillo', palmas y palmas. Manuel Jesús 'El Cid', palmas y ovación con saludos. Mehdi Savalli, silencio y silencio. Incidencias: Plaza de toros de Nimes. Buena entrada.

Decepcionante el esperado mano a mano Miura-Victorino de la Feria de Pentecostés de Nimes. El Cid perdió premio con la espada tras torear a gusto y con mucho temple al quinto miura, el único toro noble, claro y manejable de un festejo que decepcionó por el poco juego de los ejemplares.

El sevillano se relajó toreando al quinto, un animal noble y manejable que se dejó mucho al que mató de estocada y descabello, lo que hizo que perdiera premio teniéndose que conformar con saludar una ovación. Antes El Cid entendió bien al segundo de Victorino, un toro bien hecho y serio que se movió sin clase al que el sevillano templó bien por ambas manos. Sin embargo, falló al entrar a matar después de que se le rompiera la empuñadura del estoque.

Rafaelillo tiró de pundonor con un lote imposible y que curiosamente fue el más serio de la corrida. Primero se libró de milagro de una cornada con el peligroso y complicado primer Miura. El orientado animal, que rompió las tablas nada más salir de toriles, puso en apuros al murciano desde que se abrió de capa, echó la cara arriba en banderillas y repuso en todo momento en la muleta de Rafaelillo, que hizo un esfuerzo aguantando tarascadas, y ni en el momento de entrar a matar le puso las cosas fáciles, pues siempre buscaba el cuerpo del torero.

El público aplaudió al torero, que recogió la ovación desde el callejón. Tampoco tuvo suerte con el cuarto, un toro que desarrolló sentido de Victorino con el que fue imposible el lucimiento.

Mehdi Savalli estuvo primero entonado con un Miura que no se entregó y que embistió con la cara alta. El torero se estiró a la verónica de salida y formó un alboroto en banderillas. En la muleta firmó pasajes con decisión aunque no remató su actuación con la espada. El sexto de Victorino tampoco le ofreció facilidades a Savalli, que lo intentó sin resultado.

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