Toros

El Fandi fue honrado y triunfó

  • El diestro granadino salió por primera vez a hombros en este ciclo ferial junto a Cayetano pero los hermanos Rivera Ordóñez hicieron dos faenas de escaso compromiso con la floja corrida de los toros de Gavira

El dia no había comenzado bien, Santiago Domecq trajo 17 toros, 9 el miércoles y otros 8 ayer pero unos por no ajustarse al prototipo para esta plaza, osea, poco trapío, y otros por sospecha de manipulación, la verdad es que sólo fueron aprobados dos, los otros quince de vuelta al camión. Primero Cayetano y después Francisco pusieron pegas, ya estaban en la recámara Talavante y Luque, pero al final todo se arregló con un encierro de Gavira que volvió a repetir por segundo día consecutivo, y a darnos otra de blandura y toros distraídos a la vez que sosos, aunque alguno se dejó, incluso tuvimos al manso tercero para que no faltara de nada. Claro está, el resto tampoco estaba sobrado de raza.

Qué duda cabe que los hermanos Rivera juntos en un cartel traen a un público muy especial a la plaza. Gente guapa a ver a toreros de la misma tipología. Por no faltar no lo hizo ni la Duquesa de Alba.

El Fandi remató el cartel de ayer, pero el paisano entró porque es indispensable en Granada, máxima figura y muy querido en su tierra. No fue una tarde en la que público y toreros salieran entusiasmados precisamente porque se vio muy poco en todos los aspectos y ni toros ni actuantes hicieron vibrar como otras veces y eso se nota a la salida de la plaza.

Había una excepción, la honradez de El Fandi. Parece que David no está teniendo mucha suerte con la espada, y eso ha hecho que se le escapen triunfos más rotundos, pero nadie podrá discutir que el granadino da todo lo que tiene dentro. Ayer cortó tres orejas y salió a hombros junto a Cayetano pero conocemos a David, y su cara no expresaba esa rotunda satisfacción de otras tardes, pese a que el público sigue entregado a él, sabedor de que El Fandi sigue volcado en su profesión con la mayor de las honestidades.

Posiblemente la segunda oreja del quinto fuera excesiva tras cuatro descabellos, y a la firmeza mostrada por la mañana de reconocimiento por la presidenta Ana Belén Álvarez le faltó la misma rotundidad para aguantar el segundo pañuelo, pero tuvo la mala suerte de que se soltaran las mulillas, y ahí el público, que la pidió con tesón, ganó la batalla. A decir verdad, comparativamente El Fandi mereció mayor premio que Cayetano, aunque el que paga tiene la última palabra. Démoslo al menos por justo.

David salió a por todas en sus dos toros, a los que recibió con una larga cambiada y capote poderoso, pese a que el quinto se le coló. Lo de las banderillas ya es un clásico, y para qué dudarlo, es el mejor. De poder a poder, moviola y violín son el repertorio que gusta y entusiasma, pero es que con el sombrero de Salazar en el quinto puso un violín y paró al toro de forma que el tendido en pie coreaba 'torero, torero'.

El segundo decía muy poco, y pese a templarlo por ambos pitones era muy difícil emocionar. Su toreo en redondo justaba, y el molinete de rodilla, dos más, desplantes y arrimón final dieron una faena variada y muy medida donde faltó la emoción del toro. Volvio a pinchar.

Tiró de quinto sin dejarse enganchar y con ligazón, pero al natural protestó en la segunda tanda y desarmó. Tras dos molinetes, se descalzó y con su toreo en redondo, manoletinas, circular interminable y desplantes rodillas en tierra convenció al respetable de que no había más, pero sí lo había dado todo. No fue redonda la faena, pero sí muy profesional.

El compromiso en el ruedo de los hermanos Rivera fue escaso. Francisco sólo estuvo aseado en el primero, sin demasiadas apreturas y pasando al blando animal por alto, porque no se tenía en pie. Alguna tanda tuvo ligazón, pero poco más. El recurso del arrimón y querer agradar en una faena en la que puso banderillas con soltura fueron premiadas con una oreja. Poco motivado salió en el cuarto, al que ni vio con el capote ni se molestó en poner banderillas. Sólo al final logró alguna tanda ligada en una faena de escasa entidad.

Cayetano realizó una faena muy justa y de escaso compromiso al tercero, un mansurrón al que ligó en alguna tanda por el pitón derecho, pero sin más contenido. Tampoco se ajustó con el sexto, un toro blando y soso al que pasó por alto en una faena de aliño que se empeñó en alargar por ambos pitones, pero por ninguno dijeron nada los antagonistas.

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