Toros

Galán, quinta puerta grande en Madrid

La corrida de rejoneo, como siempre con un público muy distinto en exigencias al del toreo a pie, resultó ayer un éxito, con premios sin desmesura y con una actuación espléndida de Sergio Galán, quien abrió la Puerta Grande de Las Ventas por quinta vez en su carrera y un Hermoso de Mendoza que ofreció al público madrileño, por primera vez en su trayectoria, la suerte denominada hermosina, creada por él, que ejecuta a lomos del caballo Disparate y que convierte los tendidos en un manicomio cuando la ejecuta con donosura, como sucedió ayer, con el público enardecido.

Pablo Hermoso de Mendoza cuajó varios de los mejores momentos del festejo con el buen toro segundo, un ejemplar que persiguió con alegría sus cabalgaduras. Hermoso, en su 25 aniversario de alternativa y tras una campaña americana intensa, realizó por primera vez en la plaza de Madrid su famosa hermosina, una hermosura de suerte en la que el caballo, el extraordinario Disparate, torea alternando uno y otro costado en escasos metros y al hilo de las tablas, en un recorrido mágico, en el que lleva imantado al toro, con la cornamenta del astado a escasos centímetros de su cuerpo. El público se puso en pie en varias ocasiones, con ovaciones estruendosas. El navarro también prendió un palo al quiebro sensacional en una faena que en su conjunto estuvo muy bien labrada. Fue premiado con un trofeo, que pudo haber sido dos de no haber precisado de un descabello, tras un rejón de muerte trasero.

Con el manso cuarto concretó una labor en la que expuso mucho, pero sin frutos y que remató muy mal con los aceros.

Sergio Galán, centrado, se lució en su lote. Interesante faena con el reservón tercero, con buenas aportaciones en banderillas a cargo de Ojeda y Trópico. Epílogo con las cortas antes de matar al primer envite y ganar una oreja. En la vuelta al ruedo le soltaron un gallo, que se convirtió en protagonista, con risas del público, durante varios minutos, en los que nadie consiguió cazarlo, hasta que pasó al callejón.

Con el quinto, un astado con movilidad y exigente, Galán completó una faena muy interesante, en la que consiguió tener en tensión al público, con grandes pasajes en el segundo tercio, como un grandioso par a dos manos montando a Apolo, en el que el público se puso en pie como un resorte para ovacionarle. Faena que cerró con unas cortas sobre Óleo. Mató al primer envite para ser premiado con dos trofeos.

Manuel Manzanares cumplió con una digna actuación en su confirmación de alternativa, en la que fue apadrinado por Hermoso de Mendoza. El alicantino, que brindó a su maestro Hermoso, realizó una faena discreta con un toro mansote, consiguiendo los mejores pasajes cuando prendió de frente a lomos de Farruquito.

Con el que cerró plaza, un toro sin entrega, Manzanares realizó una labor interesante, luchando con la tendencia a tablas del cornúpeta. Consiguió los pasajes más aplaudidos en banderillas cuando montaba a Mazzantini. Descordó al toro y el balance quedó en una ovación.

El espectáculo dejó para la historia del rejoneo la quinta Puerta Grande para Sergio Galán y una faena sensacional para el recuerdo del maestro Pablo Hermoso de Mendoza, quien enardeció al público con el estreno de la hermosina en el ruedo madrileño, a lomos de Disparate, y realizó un rejoneo sensato, de buen juicio y criterio y con muchos quilates de calidad.

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