Toros

Gran festival en Manizales con triunfo del sevillano Daniel Luque, que corta dos orejas

  • El francés Sebastián Castella, sin indumentaria taurina, fue el otro triunfador de la tarde

El diestro sevillano Daniel Luque resultó triunfador del magno y tradicional festival nocturno celebrado en la ciudad colombiana de Manizales y causó impacto con su toreo de quietud y creación, mientras que la espada impidió mejor balance para el resto de los alternantes. El otro triunfador del festejo fue el francés Sebastián Castella, quien no vestía de corto, sino con un traje de calle. Se lidiaron seis novillos-toros de Ernesto Gutiérrez, buenos con matices los cuatro primeros, reservón sin desplazarse el quinto y mansote el sexto. El primero fue el mejor, de gran calidad y boyantía, segundo sin raza, tercero bueno por el pitón derecho, cuarto se fue a menos. El colombiano Guillermo Perla Ruiz, saludos. El Juli, saludos. Castella, oreja con fuerte petición de la segunda y dos vueltas al ruedo. Andrés de los Ríos, saludos. Cayetano, silencio. Luque, dos orejas.

Festival benéfico nocturno, con lleno en los tendidos y previa procesión de la Virgen de la Macarena en el ruedo. El concepto de toreabilidad parece creado para este encaste que tuvo en conjunto un lote apto para el toreo con unos bajos de raza pero nobles, que permiten el toreo de hoy.

Con el sexto, el sevillano Daniel Luque impactó. Ya de capote salió rabioso y toreó con gusto. Con la muleta, ante el rajado que tuvo en suerte recetó dosis de quietud, muletazos siempre en la cara para evitar que el toro se fuera y ligazón. El remate, sin la ayuda del estoque, fue con circulares con la parte exterior de la muleta y el novillo girando a su alrededor. Estoicismo no exento de clase. Temple y ligazón, garra y frescura. Fiebre y delirio en los tendidos.

Entre lo más significativo: Perla Ruiz estuvo con temple, aunque pinchó. El Juli, poderoso, falló con la espada. Castella, rotundo, gustándose en el toreo fundamental. De los Ríos, con buen corte. Cayetano defraudó, aunque su novillo fue el malo del encierro.

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