Toros

Jairo Miguel, única ovación en tarde sin contenido

  • El diestro extremeño, que confirmó alternativa, contó con el único toro bueno, el sexto, con el que no llegó a redondear el triunfo · Puerto y Capea, con malos lotes

GANADERÍA: Cinco toros de Antonio Bañuelos, muy bien presentados, serios, hondos y cuajados, pero de mal juego; a excepción del noble sexto. Y un sobrero de Adelaida Rodríguez, en cuarto lugar, deslucido. TOREROS: Víctor Puerto, de azul y oro. En el segundo, pinchazo hondo (silencio). En el cuarto, estocada casi entera atravesada y tres descabellos (silencio). Pedro Gutiérrez 'El Capea', de grana y oro. En el tercero, pinchazo, pinchazo hondo y estocada (silencio). En el quinto, estocada y descabello (silencio). Jairo Miguel, de azul y oro, que confirmaba alternativa. En el primero, pinchazo, estocada y dos descabellos (silencio). En el sexto, dos pinchazos y un descabello (silencio tras un aviso). Incidencias: Plaza de toros de Las Ventas. Jueves 9 de junio de 2011. Algo más de media entrada. Viento y llovizna en el último toro. En banderillas saludaron Ángel Otero en el primero y Lipi en el sexto.

Nuevo festejo sin historia en esta Feria del Aniversario de Las Ventas, en la que la terna formada por Víctor Puerto, Pedro Gutiérrez El Capea y Jairo Miguel se marcharon de vacío, sin dejar huella alguna, ante un encierro complicado de Antonio Bañuelos, que se completó con un sobrero de Adelaida Rodríguez, serio y deslucido.

El joven Jairo Miguel, hijo de aquel matador de toros que se anunciaba como Sánchez Cáceres, se ha criado taurinamente en México, donde recibió una cornada muy seria, que dio la vuelta al mundo. Ayer, todavía verde, confirmaba alternativa con Aguilucho -negro listón, de 533 kilos-, un toro muy cuajado, pero que no llegó a volar, que no llegó a entregarse y ofreció demasiadas dificultades a un torero todavía sin apenas recorrido. El torero se empeñó en torear al manso junto a tablas, con lo que todavía se hizo más fuerte el animal. Con los aceros estuvo muy desacertado.

El noble sexto, Regaliz, resultó el único dulce por sus nobles y humilladoras embestidas. Sin duda, fue el de mejor condición del encierro para el lucimiento artístico, Jairo Miguel, que brindó la faena a su madre, en una localidad del tendido, anduvo más despejado y decidido; aunque no remató la actuación en consonancia con la oportunidad. En esta ocasión comenzó bien. Pese al viento, se la jugó en los medios y dando distancia. Llegó a dibujar templados muletazos, especialmente en una tanda con ligazón con la diestra. De todas formas, la labor descendió en intensidad. Y de nuevo, el bisoño espada falló en la suerte suprema; recibiendo una cariñosa ovación.

Víctor Puerto no tuvo opción con su lote. Su primero fue devuelto tras lesionarse en el ruedo en una voltereta. En su lugar saltó un cinqueño, hondo, que se partió el pitón izquierdo en un choque contra el peto. El animal gazapeaba y el torero lo pasaportó tras un trasteo porfión. El cuarto, un sobrero de Adelaida Rodríguez, bien presentado y con dos buenas perchas, desarrolló sentido y el diestro lo finiquitó tras una labor breve.

El Capea, que estuvo muy dispuesto, tampoco contó con toro boyante. Su primero, algo montado y muy bien armado, no humilló y el salmantino cumplió. Con el quinto, un animal excesivamente voluminoso y descastado, que tampoco se entregó, el torero concretó una labor esforzada, sin eco en los tendidos.

Si el pasado miércoles fallaban los toros en la Corrida de la Beneficiencia, incluso algunos en trapío, ayer volvía a derrumbarse el espectáculo fundamentalmente por una corrida de Bañuelos sólo hermosa en fachado, con la excepción del buen sexto, con el que el confirmante Jairo Miguel no llegó a triunfar. Resultó una corrida sin apenas argumentos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios