Toros

El Juli corta dos orejas y cae herido en Pamplona

  • El madrileño, que sufrió una cornada en el escroto por su segundo toro, continuó la faena, estoqueó al astado, le premiaron con un trofeo y pasó por su pie a la enfermería

GANADERÍA: Toros de Victoriano del Río, de desigual presentación y juego; destacando el segundo por su nobleza, recorrido y transmisión. TOREROS: Curro Díaz, silencio y saludos. El Juli, oreja con petición de la segunda y oreja que recoge la cuadrilla; al ser herido. Alejandro Talavante, silencio en ambos. Incidencias: Plaza de toros de Pamplona. Lleno. Julián López 'El Juli' fue atendido en la enfermería de un puntazo en un testículo, que le propinó el quinto toro de la tarde en la faena de muleta.

El matador de toros madrileño Julián López El Juli cortó dos orejas y el palco le negó una más en la segunda faena en la corrida de toros que se celebró en Pamplona, una tarde en la que también vivió la cara amarga del toreo, con una cornada en los testículos. El torero entendió antes al segundo de Victoriano del Río, un animal que manseó en los primeros tercios pero que acabó rompiendo. Después, el cuarto le levantó al final de la faena y le infirió la herida.

El Juli se mostró capaz y fácil con el segundo, comenzando por estatuarios y después dando distancia en redondo al animal, ayudando así a que mejorara poco a poco la embestida. Con la mano derecha lo llevó muy templado. La virtud del torero fue la técnica, la del toro, humillar con transmisión. Al final, más en corto, se explayó en circulares y cambios de mano dominando la situación. Mató de una estocada desprendida y al final, con resignación, paseó sólo un trofeo.

En el cuarto astado llegó la herida, el animal no acabó de romper y el torero madrileño lo intentó con voluntad y disposición. En cercanías, cuando se pegaba un arrimón, fue sorprendido por el toro de Victoriano del Río, que le levantó por los aires y le cazó. El Juli terminó con el animal y mató de una certera estocada. Su cuadrilla paseó una oreja, entretanto el torero entraba en la enfermería por su propio pie.

Antes, el matador de toros linarense Curro Díaz abrió la tarde en Pamplona frente a un toro de triunfo de Victoriano del Río, de muy buen juego, noble, con recorrido y transmisión. El torero, que se compuso y dejó pasajes pintureros, no terminó de dar con las teclas, en series cortas, sin terminar de romper y con los muletazos cortos. Podría haber sumado una oreja, pero el diestro linarense dejó una estocada trasera, el animal tardó mucho en caer y también falló con el descabello.

El cuarto fue otro animal manejable y dulce con el que Díaz dejó muestras de su concepto. Derechazos relajados, hincando el mentón en el pecho y con empaque. Muletazos cortos y cambios de mano y pases de pecho con sabor. Sin embargo, no terminó de enganchar al público y anduvo lejos de la rotundidad que permitía el animal. Pinchó y falló con el descabello.

El tercero fue un animal manejable y noble, aunque con un punto de sosería al final de los muletazos. Talavante comenzó por alto y pronto se puso a torear por el derecho, pitón del que logró algunos muletazos largos y sometidos, aunque dentro de un conjunto irregular. Por el pitón izquierdo los sacó de uno en uno, con chispazos y buenos momentos. Terminó con manoletinas antes de pinchar y dejar una estocada contraria. Con el sexto no remontó la cosa, otro toro deslucido y una faena que nunca elevó su tono. Mató mal.

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