El diestro mexicano Fermín Rivera cortó dos orejas y salió a hombros en la duodécima corrida de la temporada 2012-2013 en la Monumental Plaza México, en la que el español Pedro Gutiérrez Lorenzo El Capea también obtuvo un trofeo. El mexicano Christian Ortega no tuvo suerte y se silenció su actuación.

Ante una entrada de unas 5.000 personas, se lidió un encierro de la legendaria divisa de San Mateo, tras una ausencia de una década sin lidiar en La México. Toros bien presentados que cumplieron.

Ortega, sin el sitio requerido, en el primero que tenía dificultades, cumplió sin pena ni gloria y lo mató de estocada baja. En el cuarto le faltó sitio y firmeza, lógico por su poco rodaje. El público estuvo un poco duro con el torero. Mató de pinchazo, estocada y varios descabellos.

El Capea pasa por buen momento. El segundo de la tarde tenía emoción, pero había que llevarlo muy bien con temple y el salmantino se impuso al fuerte viento y al toro para realizarle una faena muy torera sobre ambos pitones. Mató de estocada. El quinto era un tanto deslucido, estuvo firme y con deseos para concluir de pinchazo y estocada. Escuchó aplausos.

Rivera dio una grata sorpresa. Instrumentó una faena elegante, sin chabacanerías, con buen gusto, trasteo que fue de menos a más, que entendió al animal perfectamente, dándole su sitio, distancia y toreó con un temple notable y una calidad que puede ser un torero de jerarquía. Mató de estocada.

El sexto no era bueno, con problemas, y Rivera estuvo firme y seguro y lo mató de estocada.