Toros

Talavante, triunfador en Olivenza en una tarde en la que se esperaba más

  • Se acaba el papel en la plaza pacense donde El Juli y Perera cortan una oreja por coleta

Talavante ha sido el gran triunfador de la tarde de ayer en Olivenza (Badajoz).

Se soltaron toros de Garcigrande, el quinto con el hierro de Domingo Hernández, de aceptable presentación pero descastados y deslucidos. Los mejores, el tercero y el sexto. Peligroso fue el cuarto y con poca clase el resto.

Julián López "El Juli", oreja y ovación. Miguel Ángel Perera, silencio y oreja. Alejandro Talavante, dos orejas y dos orejas. Lleno de "no hay billetes".

El Juli sorteó de primero un toro soso y muy apagado, de escasa raza, con el que anduvo de enfermero, a base de mimo para tratar de afianzarlo. Ni así. El animal se movía sin decir nada, y El Juli no pudo pasar de voluntarioso. El público premió tanto esfuerzo con una oreja.

El cuarto también careció de casta, y El Juli volvió a imprimir un toreo cuidadoso, tratando de no molestarlo ni exigirle lo más mínimo en su embestida, exprimiendo lo poco que tuvo dentro.

Perera se enfrentó en primer lugar a un toro complicado y protestón, con el que se lució de capote, manejándolo con soltura y torería. La primera tanda con la muleta por el pitón derecho hizo presagiar que aquello podía romper hacia adelante. No fue así. El torero acabó desistiendo ante un astado remiso y falto de todo, al que despachó de una estocada.

El quinto también desarrolló complicaciones para el torero, que se la jugó sin miramientos para una meritoria oreja.

Talavante salió muy decidido con el tercero, soso y blando pero al que fue metiendo en el canasto para cuajar una obra de exquisita estética e improvisación con la muleta. Dos orejas.

En el sexto llegó lo más emocionante. El toro se movió con mejor son y Talavante llevó a cabo una faena mandona y de muchos quilates. Al final logró otros dos apéndices para poner firma triunfal a una tarde de la que se esperaba más.

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