Una muy interesante tarde de toros se vivió en la tercera corrida de la Feria de La Macarena gracias al variado juego de los toros de La Carolina que presentó un encierro con categoría, seriedad y trapío. Destacar los corridos en primero, cuarto y sexto lugar, este último premiado con la vuelta al ruedo gracias a su nobleza y calidad.

Un poco menos del medio aforo acudió a los tendidos, lástima porque quienes no fueron, se perdieron de una importantísima faena lograda en el cierre por Iván Fandiño que ha demostrado su sitial de gran figura al cortar las dos orejas y salir a hombros de la plaza. Fue una cátedra de técnica y torería donde las series en redondo con mano muy baja, mostraron el temple y la calidad de los elegidos. La privilegiada mano izquierda supo interpretar toda la belleza del pase natural, mientras la música no paró de sonar y los olés retumbaron en la plaza. La perfecta estocada fue un feliz final premiado con las dos orejas. En su primero mostró una entrega sin límites ante un toro que lamentablemente se desfondó al inicio muleteril, faena que previamente brindó a un buen número de jóvenes y niños que el día anterior recibieron sus enseñanzas.

Magnífico ha sido el debut de Javier Castaño en esta ciudad colombiana que le recibió con cariño desde cuando se abrió de capa en el primero para luego ejecutar una completa faena llena de enjundia, entrega y valor. Le pidieron con fuerza la primera oreja de la corrida, negada por el Presidente injustamente. Con fuerza le ovacionaron en la vuelta al ruedo. Afortunadamente vino el desquite en el cuarto, al que le inició de rodillas en el centro del ruedo con pases en redondo que pusieron la plaza en pie. Al compás del pasodoble endilgó dos series de pases naturales con mucho temple y alargando el viaje hasta donde su cuerpo le permitió, naturales además ceñidos y cadenciosos. Una oreja paseó triunfal en medio de lluvia de claveles.

El lote menos propicio de la interesante corrida le correspondió al matador de toros colombiano Luis Bolívar. Su primero muy escaso de fuerza y de raza y el segundo, agarrado al piso desde el comienzo se fue a menos y terminó sin fondo, tardeando demasiado a pesar de la voluntad y la técnica del torero, que logró bordar tres series preciosas de pases con la mano derecha de temple exquisito, hasta que el toro no quiso más.