Toros

El discurso de Peris en la entrega de los trofeos 'Puerta del Príncipe'

  • El autor de las crónicas de las corridas de Feria en 'Diario de Sevilla' glosó la fiesta y a los premiados por el jurado de los galardones que concede El Corte Inglés

Luis Carlos Peris

Luis Carlos Peris / M. G. (Sevilla)

Noche grande en el Real Alcázar. Un clásico en el calendario de los taurinos sevillanos tras el ciclo continuado de festejos. El Corte Inglés entregaba los prestigiosos premios Puerta del Príncipe y encargó el discurso principal al periodista Luis Carlos Peris, miembro de la redacción fundacional de Diario de Sevilla, autor de las crónicas de la Feria y en posesión de la Medalla de la Ciudad. Peris es una autoridad en materia taurina y prueba de ello son sus innumerables artículos sobre la fiesta nacional. Además cuenta con el hito de haber estado en el debut de Curro Romero en la plaza de toros de Sevilla. 

A continuación se reproduce el discurso que Peris pronunció en el escenario habilitado en el Patio de la Montería ante un auditorio donde figuraban las principales autoridades.

"Llegamos a esta noche con la sensación de que aquel largo túnel que ya nos dejó ver algo de luz por San Miguel le ha dado paso a la normalidad auténtica, la de verdad, nada que ver con la que nos vendieron sin que tuviera alguna similitud con lo de siempre. Hoy, cuando volvemos a vernos en esta joya del patio de la Montería, podemos confirmar que la normalidad es un hecho. Nuevamente, la mejor plaza del orbe abría sus puertas para una feria que, sin restricciones y casi sin mascarillas, resultó con la brillantez que deseábamos y que hasta disfrutamos como algo lógico tras la magnífica programación que diseñó la Empresa Pagés.

Lo que pasó en el cofre del Baratillo correspondió con creces a lo que se esperaba. Una Feria que desembocó en los premios que hoy se van a entregar y que fueron otorgados por un jurado en el que se aunaron especialistas del ramo, tanto desde la crítica como desde la afición y, por supuesto, de la profesión. Sin ningún género de dudas, lo que la empresa con tanto mimo programó resultó según lo esperado.

Y así nos encontramos con algo que no fue sorpresa alguna y que es la proclamación de Julián López El Juli como triunfador de un ciclo en el que sólo hizo reafirmar su condición de figura grande del toreo, pues lleva veinticinco años sin dejar de pisar el acelerador, siempre en lo más alto y atesorando un puñado de marcas en una plaza que él lleva en el corazón.

Torero con más Puertas del Príncipe franqueadas a hombros, en esta Feria logró la séptima como premio a su lección de torería y enciclopedismo que redondeó en la tarde del miércoles de Feria con la corrida de Garcigrande. Estamos ante un torero que lo ha conseguido todo en la Maestranza, indulto incluido poco antes de la pandemia. Y para él va a parar el trofeo que lleva el nombre de Juan Antonio Espartaco, figura grande y el torero que ganó más veces que ningún otro este galardón. Y llega Julián a esta noche con el regusto fresco de haber cuajado el San Isidro más espectacular de su carrera.

El premio a la mejor faena y que lleva el nombre de Vicente Zabala Portolés es para el mayor orfebre que hoy viste de seda y oro. Era la base de la Feria y así se comportó a través de cuatro tardes con unas cimas que rozaron lo sobrenatural. Mediante una Feria plagada de pinceladas para el recuerdo llegó a nuestras vidas Ballestero, un sobrero de Garcigrande que entró de rondón en la corrida de Torrestrella. Y con el que este supremo artífice hizo el toreo que sueñan todos los que se visten de torero y también todos los que nos sentamos en una plaza pensando que quizá algún día, alguien pueda realizar lo que José Antonio Morante cuajó unas horas antes de que un castillo de fuegos artificiales cerrasen la Feria. Sin duda alguna, con Morante en el ruedo, nunca es descartable que el milagro surja para que el diálogo entre un torero y un toro aparezca como un sueño hecho realidad.

Y llegamos al toreo de capa, el trofeo que lleva el nombre del eterno Faraón, siempre en nuestras mentes y en nuestros corazones de aficionados adictos al currismo. El premio Curro Romero va a parar a manos del torero que entró en la afición de Sevilla bajo el aval único de quien le da nombre al premio. Es este galardón para Diego Urdiales, un riojano de la muy taurina Arnedo y del que alguien ha dicho que bien podría haber nacido en San Bernardo. Que en la cuna del mejor toreo de capote este premio vaya a parar a un torero que no es de aquí da idea de cómo concibe Diego la tauromaquia. Sus lances a Filósofo, toro cuarto del jueves de Feria y con el hierro de Matilla, fueron la chispa que prendió una rotunda llamarada de arte a la verónica.

El trofeo a la suerte de matar bien hecha es para Daniel Luque por sus estocadas a Traillero y a Jurista, dos toros del Parralejo que en la tarde del jueves de preferia cayeron sin puntilla bajo su estoque. Dos estocadas a ley como refrendo de sendas faenas macizas, obras que sirvieron de salvoconducto para que Daniel, gratamente recuperado para la causa de volver a lo más alto del escalafón, saliese en hombros por la Puerta del Príncipe.

Como mejor rejoneador fue considerado un joven navarro que se ha consolidado como aspirante a ostentar el cetro del rejoneo y que repitió su gesta de San Miguel. Bendita la rama que al tronco sale, Guillermo Hermoso de Mendoza, compitiendo de tú a tú con su progenitor, volvió a entrar en el corazón de Sevilla el domingo 1 de mayo y puede que lo haya hecho de forma definitiva. El camero Antonio Chacón, hijo igualmente de un torero muy querido por Sevilla, se lleva el premio al mejor hombre de plata por su buen hacer con capote y banderillas, mientras que José Palomares se hace acreedor al premio de picador por su lección de cómo se torea a caballo tocado de castoreño.

Y llegamos a uno de los premios estrella de este acto. Es el de designar y premiar a la corrida más completa de cuantas se corrieron en el ruedo del Baratillo. Y va esta distinción para la ganadería de don Santiago Domecq. El juego de sus toros la tarde del 27 de abril así lo mereció, en especial aquel excepcional Chismoso corrido en tercer lugar y que posibilitó que una de sus orejas fuesen a manos de Alfonso Cadaval. Ese fantástico Chismoso completó un encierro que el jurado decidió calificarlo como el más completo dentro de una gran Feria que se dio rica en toros bravos y en toreros dispuestos a todo. Dicho lo cual, vayamos a la entrega de los premios de una grandísima Feria que salió como ya se preveía cuando sus carteles vieron la luz. Fue la primera Feria absolutamente normal tras la pandemia y resultó brillante de pitón a rabo.

Pero estamos en el año Pepe Luis y la figura del Rubio magnífico de San Bernardo no se le pasó al jurado, no se le podía pasar. Y consideró necesario incluirlo en el balance de esta Feria maravillosa, de una Feria que él engalanó tantas y tantas veces, conque concluyamos recordando al más genuino representante que Sevilla tuvo en el toreo, que alguien hasta escribió que cuando Pepe Luis torea parece que es la Giralda la que está vestida de luces. Que esta Feria de la normalidad sea sólo el principio de un tiempo mejor y apostemos por la venidera. ¡Viva la Feria de Sevilla de 2023!"

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios