Manuel Jesús ‘El Cid’

“Me gustan los grandes retos porque me crezco y jamás me amilano”

  • El diestro de Salteras sumará hasta cinco tardes en el abono -cuatro en el ciclo abrileño-, igualando la marca de Curro Romero

Domingo de Resurrección, tres tardes en el ciclo de abril y una más en San Miguel ¿Es una carga o una satisfacción?

Es el número de corridas que quería, ni más ni menos. Lo había pedido el año pasado, pero no lo creyó oportuno la empresa por la teoría de que nunca iba a torear un torero más de tres. Pero, tras haber triunfado el año pasado en Sevilla, lo han creído oportuno. A mí me gustan los grandes retos porque me crezco, jamás me amilano”.

Con ese trato, ¿se considera el torero sevillano?

Soy torero sevillano y me considero torero de Sevilla. Me siento muy querido aquí y como torero he salido cuatro veces por la Puerta del Príncipe y espero hacerlo alguna vez más.

Se ha comentado mucho la ausencia de José Tomás. ¿Qué lectura hace de ello?

Vienen otros toreros que están en el abono por merecimientos. No se le echará de menos. Es una feria muy abierta, con muchísimos nombres que dicen algo al aficionado. Nadie es imprescindible.

De sus tardes, ¿cuál es la más emotiva?

La más especial es el Domingo de Resurrección porque es una tarde en las que el ambiente es muy bueno y hasta Sevilla huele distinto.

¿Y en cuanto a emplearse como lidiador?

La corrida de Victorino. Es un toro distinto. Es una ganadería que me elevó en su momento el cartel. La tarde será muy bonita y emotiva, por la despedida de Sevilla de Pepín Liria. Pero la verdad es que me preocupan todas las tardes. Son compromisos muy fuertes y estoy muy ilusionado.

¿Qué recuerdos tiene de su participación del año pasado en la Maestranza?

Fue muy emocionante y bonito conseguir la Puerta del Príncipe; la tarde del Domingo de Resurrección, en que corté una oreja; el toro de la lluvia, el de San Miguel... Corté cinco orejas el año pasado.

¿En qué ha crecido en la última temporada?

En poso, en tranquilidad. Me fijo menos en cortar orejas y más en cuajar toros. La presión ha cambiado. Ahora busco estar a la altura de las circunstancias y cuajar al toro de manera perfecta.

¿Qué se plantea para 2008?

Más o menos como el año pasado. Torear entre 70 y 75 corridas, pero aumentando la presencia en plazas de máxima categoría. Torearé la mitad en plazas de primera, con cinco en Sevilla y otras cinco en Madrid.

MI TAUROMAQUIA

Capote

"A mí me gusta embarcar a los toros, enganchándolos adelante y manteniendo la embestida de principio a fin, sin quebrantar al toro, y dando el capotazo de manera lo más suave posible y que tenga ritmo. He mejorado mucho. El año pasado fue de asentamiento. Cuajé toros con el capote, con empaque y profundidad. Disfruté mucho con la capa. Luego, en el tercio de varas dejo al toro entero para que llegue con movilidad a la muleta. Algunas veces me equivoco en este sentido y te trae por la calle de la amargura. Pero lo hago para que haya más emoción y el público disfrute”.

Muleta

"Con la muleta quiero torear cada vez mejor. No sólo por el pitón izquierdo, sino también por el pitón derecho. Como no hay que estancarse también estoy trabajando en los remates para evitar la monotonía, dando más color a la faena. En ese sentido hay remates muy toreros, como trincherillas, ayudados, pases de la firma. En cualquier caso, prefiero el toreo fundamental, buscando la profundidad en lo clásico. En cuanto a la distancia, me gusta citar de largo para que la faena tenga más emotividad. Con el toro con mayor movilidad también se consigue la ligazón, evitando el unipase".

Suerte suprema

"Estoy en la misma línea del año pasado. Disfruto mucho. Tengo regularidad, aunque pinche alguna vez. En la suerte de matar no hay secretos. Todo está en la ejecución. Hay que saber en qué momento está el toro listo, no tener prisa. También es fundamental el sitio que elijas para la suerte. A mí me gusta torear en los medios o de las rayas para afuera, según las condiciones del toro. A la hora de coger la espada el toro también te pide la muerte. También hay un terreno apropiado según sus condiciones para entrar. La clave, no conozco otra, está en tirarse en lo alto y matarlo".

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