Rubén Pinar. Matador de toros

"Me han herido mucho por arriesgar al límite, pero es mi mentalidad"

  • Hace exactamente un mes se debatía entre la vida y la muerte en una operación craneal urgente tras una cogida cuando toreaba en el campo

El matador de toros albacetense Rubén Pinar, de 23 años, se debatía hace exactamente un mes entre la vida y la muerte. Un toro, en la ganadería de Nazario Ibáñez, le alcanzaba con un derrote seco y un pitonazo en la cabeza y le propinaba una voltereta terrible. El diestro, que se había estrellado con violencia contra la arena y sangraba abundantemente, fue trasladado urgentemente al Hospital de Yecla. Tras ser tratado de un coágulo, tuvieron que operarle de urgencia por la rotura de una pequeña arteria cerebral. No tiene recuerdos de la cogida y vivió su particular infierno durante los días posteriores a la operación envuelto en alucinaciones. Ha probado a torear de salón y ya sueña con su reaparición.

-¿Cómo es ahora su vida?

-Llevo una vida normal. He comenzado a pasear. El cerebro se tiene que ir asentando. Estoy con la medicación apropiada que me evita fuertes dolores de cabeza. Todavía tengo un pequeño coágulo que se irá disolviendo. El problema es la arteria que se rompió y encharcó el cerebro. El próximo 23 de enero me harán otro TAC para darme una nueva valoración.

-¿Ha comenzado a torear de salón?

-Sí, sí. Ha sido el particular regalo que me han traído los Reyes. Ya he comenzado a coger el capote y la muleta. ¡Me pesan los trastos! Al principio tenía como miedo a no saber torear. Visualicé un toro, lo imaginé y dibujé los primeros lances, los primeros muletazos y estoy muy feliz.

-¿Recuerda cómo sucedió el percance?

-No me acuerdo de la faena. Sufrí un golpe toreando. Perdí el conocimiento.

-¿Cuáles fueron los peores momentos?

-Los días posteriores a la operación. Tenía alucinaciones constantemente. Me cuesta recordar todo aquello.

-¿Lo ha superado?

-Me lo tomo como un accidente. Pero he vivido momentos duros, sobre todo por la desorientación y también porque haces sufrir a la familia, que andaba muy preocupada. No es lo mismo una cornada que una operación cerebral.

-Supongo que se ha puesto un plazo para la reaparición.

-Por supuesto. Yo creo que para marzo estoy en los ruedos y en plenas facultades.

-¿Quedó bien situado para este 2014?

-Sí. Porque toreé 23 corridas y lo mejor es que dejé buenas sensaciones a lo largo de la temporada. Destacaría lo de Madrid, Bilbao y Albacete. En Madrid, tras una cogida, me puse delante del toro, estuve bien y me llevé el respeto de la afición; en Bilbao, con la corrida de La Quinta, también. Y en mi tierra destaqué con un toro de El Puerto y me la jugué con otro de Samuel Flores, que me cogió por el pecho.

-Han sido muchas cogidas. ¿Iba al límite?

-Sí. Me han herido y cogido mucho los toros por arriesgar al límite, pero es mi mentalidad. Es necesario dar ese paso adelante. En ese sitio, si no te enganchan, el triunfo es mayor. Como decía el maestro Ordóñez, hay tardes que te marcan y hay que salir a por todas.

-¿En qué cambió con respecto a 2012?

-La pasada temporada he madurado. Al torear más e ir a sitios importantes tienes mayor seguridad para poder expresarte. Además, te metes en la temporada. El año pasado entré en el circuito y me sentí vivo en la temporada.

-¿Qué previsiones tiene para 2014?

-Espero volver a reaparecer en marzo. Mi idea es romper fuerte y alcanzar un número importante de corridas dentro de la situación actual. Ojalá pudiera volver a Sevilla. De mi última corrida tengo un grato recuerdo. Los aficionados y la crítica valoraron mi actuación ante una corrida de Alcurrucén que no sirvió.

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