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Prueba de 'Wolfenstein: The New Order'

  • La nueva entrega de la incombustible serie de acción en primera persona llegará al mercado el próximo 23 de mayo para PlayStation 4, Xbox One, PC, PlayStation 3 y Xbox 360.

Wolfenstein es una de esas marcas que los nuevos jugadores quizá desconozcan. La serie, a pesar de haber nacido en los 80 bajo una llamativa estética compuesta por píxeles y una jugabilidad que mezcló disparos con actos de sigilo, alcanzó su máximo esplendor tras el lanzamiento de Wolfenstein 3D, un ambicioso proyecto que sentó las bases del género de acción en primera persona y que, junto a Doom y Quake, abrió las puertas a un género que ha sido revisado y actualizado hasta nuestros días.

Creado por Muse Software y posteriormente ideado por id Software, padres de los referentes anteriormente citados, la serie se ha vuelto a desvincular de su tutela directa para ofrecer un nuevo grado de libertad con la intención de abrir fronteras manteniendo el espíritu que sus seguidores exigen. Son ya nueve los títulos que cuentan la historia de Wolfenstein, cada uno con un argumento diferente, e incluso uno de estos proyectos nació para teléfonos inteligentes ofreciendo Rol como alternativa. Sin embargo, desde el lanzamiento de Wolfenstein en 2009 para PlayStation 3 y Xbox 360, los seguidores de esta icónica serie asentada en la estética nazi seguro que han imaginado cómo sería a disfrutar de la franquicia con una actualización técnica que, precisamente, la nueva generación permite. Así ha nacido Wolfenstein: The New Order, un nuevo capítulo desarrollado por MachineGames, un estudio sueco que cuenta en sus filas con antiguos componentes de Starbreeze Studios, y que promete un frenético juego de disparos con todos los ingredientes de un clásico.

 

The New Order

Nada más arrancar la versión para PlayStation 4 de Wolfenstein: The New Order nos vemos realizando tareas de un lugar a otro en un enorme avión de guerra envueltos en un trepidante combate aéreo en mitad de Segunda Guerra Mundial. Tras una secuencia introductoria repleta de tensión, tomamos el primer contacto con el enemigo y comenzamos a familiarizarnos con los controles. Blazkowicz, nuestro héroe protagonista puede saltar, esprintar, agacharse, deslizarse por el suelo tras tomar algo de impulso y adoptar posiciones defensivas en puntos de cobertura con entornos altamente destruibles. El sistema permite asomarse ligeramente pulsando L1 y apuntar la palanca derecha en la dirección deseada, el mismo mecanismo también se puede repetir para mirar debajo de puertas, camiones y rendijas o disparar directamente por el hueco a quienes estén detrás. Todo un compendio de agiles movimientos enfocados a dar rapidez a la acción. Además del tipo de enemigos, perros-robot y nazis evolucionados mecánicamente al más puro corte industrial, pronto llama la atención el gran trabajo realizado con el armamento. Aunque no probamos todo el arsenal disponible, si tuvimos oportunidad de hacer frente al todopoderoso ejército Nazi con nuestro cuchillo, alguna pistola, varios fusiles, escopetas, una enorme torreta ametralladora y granadas. El rendimiento de todas ellas deja percibir la potencia, el sonido y el daño por separado, lo que imprime un carácter especial a cada una. También se puede ampliar el rango de disparos portando dos armas de mano, eso sí, perdiendo bastante precisión, y  en The New Order eso es un lujo que no te puedes permitir.

La gestión de los puestos de cobertura y el control de la munición disponible, son elementos indispensables cuando la destrucción de escenarios se une al hecho de no tener regeneración automática. La salud se recoge en botiquines que se encuentran desperdigados por los escenarios y dispone de un contador que nunca subirá de 20 sobre 100 sin haber obtenido paquetes de salud, armaduras, chalecos o cascos. Estas armaduras son capaces de proporcionar un blindaje a Blazkowicz de hasta 200 puntos, aunque sus beneficios son temporales y en pocos minutos el soldado perderá el bonus. Pero la aportación más interesante de Wolfestein: The New Order es un sistema de recompensas (perks) que premia al jugador por realizar determinadas acciones, como acertar una veintena de disparos en la cabeza para recortar algo de tiempo en la recarga, o pasear el cuchillo por la garganta de una decena de enemigos para así lograr pasos más silenciosos. No hay un sistema de experiencia como tal y estas ventajas no se pueden comprar, ya que el programa es quien las asigna, de este modo se incentiva al jugador a probar diferentes modos de entablar combate y a emplear diferentes recursos para obtener jugosos beneficios con los que hacer frente a un ejército alemán realmente correoso. De hecho, la primera opción razonable al entrar en una zona, es localizar al comandante y asesinarle para evitar que de la voz de alarma, pero siempre se antoja como una tarea complicada que necesita de mucha planificación, y esto no siempre es posible.

 

Supremacía Nazi

Tras una frenética toma de contacto ya conocemos las reglas, nos hemos familiarizado con los controles, el sistema de juego y hemos puesto cara, y fauces, a algunos enemigos, entonces el juego nos traslada (por razones que no podemos contar) hasta la década de los 60, donde nos muestra una sociedad alternativa en la cual el ejército Nazi dispone de un dominio aplastante. La narrativa es bastante sólida para tratarse de un juego de la serie y sorprende gratamente tener algún nexo argumental entre tiroteos, y si además es interesante, mejor. Pero además ofrece algunas elecciones morales que tienen poco calado en la historia y ninguno en la trama, pero están presentes, al igual que algunos viejos conocidos de la marca como el terrorífico General Wilhelm Strasse, cuyos experimentos llevaron a los nazis a hacerse con el control. En todo caso la incorporación de una argumentación sólida que cuenta con giros, sorpresas y un correcto tratamiento del guion y sus tiempos siempre es un aliciente, máxime si se trata de un shooter de corte netamente clásico.

Wolfenstein: The New Order, que aparecerá tanto para Xbox One, PlayStation 4 y sus predecesoras, cuenta con un apartado técnico que por lo visto hasta la fecha, no logra poner distancia entre generaciones excepto por las físicas que emplea. El motor gráfico id Tech 5, utilizado por Rage se ha vitaminado para la ocasión, pero las diferencias visuales entre cinemáticas y secuencias de juego son bastante evidentes. Por supuesto, nos olvidamos de los elementos multijugador para centrarnos exclusivamente en el desarrollo en solitario, llevando la fórmula tradicional de la serie con algunas novedades para darle una vuelta de tuerca a un género que, para gran parte de la comunidad, sigue estancado desde hace años. Pero los viejos rockeros nunca mueren, y Wolfenstein: The New Order es una buena prueba de ello. Estará a la venta el 23 de mayo para PlayStation 4, Xbox One, PC, PlayStation 3 y Xbox 360.

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