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Un 'Allí Abajo' en versión granadina

  • Veinte alumnos del colegio rural Valle Verde han quedado primeros de España en el Programa Rutas Científicas, por lo que han sido premiados un viaje por el Páis Vasco y La Rioja

El centro obtuvo una puntuación de 8.95 y quedó en  primera posición entre los 16 seleccionados de todo el país.

El centro obtuvo una puntuación de 8.95 y quedó en primera posición entre los 16 seleccionados de todo el país. / R.F.

Ahora que está tan de moda conocer realidades tan distintas dentro de la propia península, con filmes tan taquilleros como Siete apellidos vascos y su secuela catalana, o con una serie con gran audiencia como Allí Abajo, un grupo de alumnos del Colegio Público Rural (CPR) Valle Verde han vivido su particular 'película' conociendo lugares típicos del País Vasco y la Rioja, una experiencia que les han impactado y en la que han hecho grandes amigos.

En cuanto a conocimientos, han podido 'tocar' realidades que otros alumnos sólo han conocido por los libros o el material audiovisual de su centro. Los jóvenes han visitado pinacotecas como el espectacular Guggenheim de Bilbao, han 'asistido' al bombardeo de Guernica en una sala oscura, han practicado levantamiento de piedra, tiro de cuerda, cortado troncos, o han ido a coger setas.

El viaje les ha salido gratis (excepto el desplazamiento) gracias a quedar clasificados como los primeros de España en el Programa Rutas Cientificas, Artísticas y Literarias del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. El centro obtuvo una puntuación de 8,95 y quedó así en primera posición entre los 16 seleccionados de todo el país.

La experiencia ha permitido viajar durante siete días a estos 24 alumnos de entre 12 y 14 años, que han recorrido San Sebastián, Bilbao y Logroño, desde la óptica de los tres ámbitos que dan nombre a esta iniciativa de carácter nacional. En concreto, han visitado, monumentos, centros culturales, científicos y de investigación, así como museos y parajes naturales.

Entre ellos, la factoría Albaola, el Monte Igueldo, el Flysch de Zumaya, el Museo de la Paz de Guernica, el Guggenheim, el Museo Dinastía Vivanco, los Monasterios de Suso y Yuso o la Ruta de los Icnitas. Además de estas visitas, han participado de forma activa en talleres literarios, tecnológicos o deportes vascos tradicionales.

El grupo ha estado formado por chicos de 1º y 2º de ESO del CPR Valle Verde de las localidades de Otívar, Jete y Lentegí y los profesores Eduardo Uceda y África Fernández.

"Las Rutas Científicas, Artísticas y Literarias son un programa educativo que pretende, además de dar continuación a los conocimientos recibidos por los alumnos en el aula, mejorar y presentar de forma más atractiva la formación recibida por los alumnos en sus respectivos centros, a través de entornos más experimentales y visuales, favoreciendo su formación artística, literaria, científica, cultural, histórica, medioambiental y social, pero también su desarrollo integral", explicó Fernández.

Sobre todo, se han llevado muchos amigos, por lo que la comunicación norte-sur o arriba-abajo, sigue funcionando. La actividad la compartieron con otro grupo de alumnos del IES Monte Neme de Carballo (La Coruña), a los que pudieron volver a ver en Granada, pues vinieron de viaje de estudios a la capital.

Ahora, siguen conectados a través de las redes sociales. "Han hecho lazos muy fuertes", dicen los profesores. "El alumnado ha tenido la oportunidad de convivir y compartir experiencias con niños de su misma edad, pero con otra realidad distinta", comentó África Fernández.

Eduardo Uceda valoró que "ha sido una experiencia enriquecedora por partida doble: personalmente, por conocer personas, lugares, culturas... Y, profesionalmente, por ver cómo los alumnos obtienen aprendizajes y amistades al mismo tiempo. Inolvidable."

Los padres también pudieron seguir la experiencia a través de un blog, en el que estos viajeros colgaban fotografías y vídeos. Uno de los progenitores comentó en este foro: "Estáis descubriendo sitios nuevos que nunca olvidaréis. Como madre me siento orgullosa de que mis hijos estén viviendo esta experiencia y que sean parte del colegio de Otívar".

Una vez más los colegios rurales muestran músculo. Por el trato más personalizado a sus alumnos o por la retroalimentación entre niños y jóvenes de distintas edades en las mismas aulas, pero lo cierto es que ésta es una prueba más de que la fórmula funciona.

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