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Gastronomía de altura en la ciudad

Uno de los lugares más emblemáticos de Granada para disfrutar de una cena o almuerzo y seducir a los sentidos, no solo el gusto, sino también a la vista, es el restaurante del Hotel Alhambra Palace. Un espacio acogedor ideado por el Duque de San Pedro de Galatino, y que fue inaugurado el 1 de enero de 1910, por el Rey Alfonso XIII. En la actualidad, al mando de los fogones se encuentra también un histórico Paco Rivas, que lleva nada menos que 45 años trabajando aquí, y 15 como jefe de cocina. Se define como un chef autodidacta cuya maestra "ha sido la pura vida. De todo he aprendido, he leído y viajado mucho, y he aprendido de lo bonito, de los detalles y de las cosas que no haría jamás en mi cocina".

De todo este proceso de aprendizaje continuo gastronómico el resultado puede saborearse en su carta, que presenta platos "tradicionales con toques vanguardistas, con productos locales y de fuera pero siempre de calidad. Con buena materia prima tienes el 70% ganado, el 30% restantes es el cómo tú lo trabajes", afirma Rivas. Y sostiene que en "la cocina no se puede uno dormir, hay que innovar, aprender nuevas técnicas y formas...aunque lo clásico tampoco debe de perderse nunca".

En la carta del restaurante Hotel Alhambra Palace hay numerosos guiños a sus principales clientes, que llegan desde América, Inglaterra y Alemania, aunque también hay guiños a Granada y la Costa Tropical. "Somos muy complacientes con nuestros clientes", comenta Rivas mientras se refiere no sólo al servicio gastronómico del hotel del que se revela "un enamorado". Todo este cariño se refleja en sus recetas como son las ensaladas Alhambra, Palace o de ahumados, los huevos poché sobre espinacas napados con salsa holandesa o el lomo de rodaballo asado con espárragos verdes, aceite de ajo y aceitunas negras.

La cocina para el chef del Alhambra Palace es su vida, "es una satisfacción y un trabajo que te da muchas alegrías". Comenta que "últimamente, los cocineros estamos de moda... pero ojo, no solo es llegar, hacer platos muy sofisticados, una vajilla muy bonita... luego hay que mantener la misma línea de calidad, de servicio, de renovación, de actualización, de saber estar...", todo esto se convierte en una máxima para él en la que el producto y la buena presentación ganan.

Paco Rivas se muestra 'poco' amigo de la tapa, aunque es consciente de que siempre ha existido y de que "la hemos vendido fuera como un atractivo turístico más. Ahora vienen el asiático y el americano y quieren tapas, porque es lo que les hemos vendido. Encima la nuestra, la de Granada, es gratis", reflexiona.

Es por ello que para quienes prefieran hacer una comida más ligera y con las vistas de la Terraza o en el bar puede degustar un surtido de tapas por algo más de 30 euros - una tosta de solomillo de ternera con cebolla caramelizada; pincho de sardina ahumada con salsa de mostaza; salmón ahumando; solomillo de cerdo ibérico con mermelada de naranja, y tres tostas con foie y una de jamón ibérico con tomate, todo acompañado por brotes y cherrys-. "Tapas de calidad y bien cobradas. Por lo demás no damos tapas ninguna", finaliza.

La ubicación del restaurante y la terraza son un punto muy importante de este hotel que gana al granadino y al visitante, además de por su oferta culinaria, por sus vistas, su luz y su panorámica que recorre toda Granada y su Sierra. "Esto es una maravilla, todo un lujo", afirma Paco Rivas, que como es habitual anima al granadino a que "nos visite sin miedo y disfrute de y con nosotros". El público extranjero fiel a esta construcción histórica llega por sí solo.

Es hora de saborear gastronomía de altura con Granada a tus pies en uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad.

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