Más de una veintena de mayores de Huétor Tájar están mejorando sus problemas de salud gracias a las clases de flamencoterapia organizadas por el Centro de Participación Activa del municipio, que se han vuelto a impartir tras el parón provocado a raíz de la pandemia de coronavirus.

Las clases tienen lugar los martes por la tarde (de 16:00 a 18:00 horas) y en ellas la profesora, Ana Ruiz, enseña a los vecinos, algunos de ellos con más de 80 años, a realizar estiramientos musculares y de espalda, aminorando sus dolores de artrosis y hasta los mareos al ritmo de la música flamenca (entre otros muchos achaques que se han provocado o aumentado como consecuencia del largo periodo vivido por el confinamiento o de las diversas restricciones impuestas en tiempo de pandemia.

"Gracias a la flamencoterapia, los mayores mejoran también la circulación de la sangre, trabajan el suelo pélvico y previenen la incontinencia urinaria", señala la profesora Ana Ruiz, quien destaca que en sus clases combina "el uso de las castañuelas, el abanico y el mantón de Manila para que los alumnos, en su mayoría mujeres, aprendan los elementos básicos del flamenco mediante coreografías que les ayudan a mejorar sus problemas de autoestima y depresión".

La concejala de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Huétor Tájar, Pilar Pérez, señala que estas clases de flamencoterapia "han sido todo un éxito en el municipio desde que las pusimos en marcha hace tres años”. Además, entiende que sirven de punto de unión entre los jubilados que también “aprenden a relacionarse y hacen nuevas amistades".