Con la llegada de las vacaciones a muchos les entra la duda sobre qué hacer con su perro. Algunos optan por dejar a su mascota al cuidado de un familiar o amigo durante unos días. Otros echan mano de los servicios de un profesional, por lo que las residencias caninas que aumentan su nivel de ocupación en verano, convirtiéndose en una práctica más que extendida entre los que tienen mascotas. Sin embargo, ésta es una época ideal para disfrutar en compañía del amigo más fiel que el hombre puede tener. Frente al problema que supone en muchas ocasiones desplazarse al lugar de vacaciones con un perro, con él se pueden hacer un sinfín de actividades en estos días de descanso. La Real Sociedad Canina de España ofrece una serie de planes atractivos a los que ni dueño ni mascota podrán decir que no.

Para los que no se separan de su perro ni un solo minuto, llevárselo a los planes en familia es la mejor idea. Cada vez más establecimientos de hospedaje se han convertido en pet friendly y admiten mascotas en sus instalaciones. Eso facilita los viajes de los usuarios que tienen que buscar desesperados un alojamiento en el que permitan que esta criaturas también puedan hospedarse. Varios portales web recomiendan a usuarios qué hoteles, apartamentos, hostales o casas rurales permiten la entrada a nuestros perros. Sólo hay que elegir el destino al que se quiere viajar y disfrutar de la estancia.

A los que les encanta broncearse bajo el sol y relajarse con el sonido de las olas de mar pueden ponerse las pilas y averiguar cuáles son las playas amigas de los perros. En la zona del Levante, las Islas Canarias, el sur de la Península o la Costa Brava, cuentan con arenales en algunas de sus playas en los que poder jugar en total libertad con nuestros perros.

Otra buena alternativa para los amantes de la naturaleza es acudir a un camping en familia y con la mascota. En España, muchos establecimientos de este tipo permiten la presencia de perros, por lo que se está enamorado de un bonito paisaje de montaña, éste es el plan ideal. Para los que la economía no les permita hacer muchas cosas durante estas vacaciones se pueden hacer planes sencillos pero muy entretenidos, como practicar deporte. Madrugar y salir a practicar canicross y entrenar al perro en pruebas tan visuales como las de agility o divertirse con juegos clásicos como la pelota o el frisbee. De este modo, tanto el dueño como el perro practican actividad física y, además, crean un vínculo especial porque no hay nada que una más a una mascota y a su dueño que pasar momentos lúdicos y divertidos el uno con el otro.