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El exoplaneta más cálido desaparecerá

Investigadores del Observatorio de Calar Alto, gestionado por el Instituto de Astrofísica de Andalucía (con sede en Granada) y el Instituto Max-Planck de Astronomía de Alemania, ha descubierto a través de una nueva investigación que la atmósfera del exoplaneta más caliente conocido, conocido como Kelt-9b, está "siendo arrastrada hacia su estrella", por lo que, dentro de miles de años, será absorbido por esta y desaparecerá del universo.

Según explicó ayer el centro astronómico de gestión hispano-alemana en una nota, la temperatura de la estrella Kelt-9 asciende a unos 10.000 grados (el Sol alcanza los 5.500 grados), y su planeta gira alrededor de ella en una órbita diez veces más pequeña que la de Mercurio en torno al Sol.

Descubierto en 2017, este planeta, que tiene tres veces la masa de Júpiter y casi el doble de su diámetro, muestra una temperatura diurna de 4.300 grados, mucho más caliente que muchas estrellas. El planeta gira extremadamente cerca de su estrella anfitriona, de manera que según el reciente estudio se ha podido comprobar que la presencia de una atmósfera de hidrógeno en torno a Kelt-9 "está siendo arrastrada y capturada por la fuerza gravitatoria de su estrella".

Encabezado por miembros del consorcio Cármenes del Instituto Max Planck de Astronomía, el resultado se ha publicado en Nature Astronomy. Kelt 9-b se halló mediante el método de los tránsitos, que consiste en observar las pequeñas variaciones que se producen en el brillo de las estrellas cuando sus planetas pasan por orbitando delante de ellas.

Al observar la estrella Kelt-9 con el espectrógrafo Cármenes, instalado en el telescopio de 3,5 metros en el Observatorio de Calar Alto, se encontraron rastros de la atmósfera del planeta: cada vez que el planeta se hallaba frente a su estrella podían detectar cómo su atmósfera rica en hidrógeno absorbía parte de la luz de su estrella anfitriona hacia el interior del planeta.

"Carmenes ofrece una vista particularmente detallada y de alta resolución del espectro estelar, lo que la convierte en una excelente herramienta para este tipo de observación", explicó ayer el investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), Pedro J. Amado, que ha codirigido el desarrollo del instrumento tan útil para el descuibrimiento de nuevos satélites.

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