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El rebaño del 'jardín' de la Alhambra

  • La dehesa del Generalife acoge desde ayer y por segundo año consecutivo a seiscientas ovejas de El Fargue que 'vivirán' en sus prados durante un mes y medio

La Alhambra suma a su fauna natural a casi 600 ovejas que desde ayer pastan a sus anchas por la dehesa del Generalife, extensión olivarera de 50 hectáreas que recupera su actividad de pastoreo centenaria. Esta experiencia puramente vintage andaluza también se realizó el año pasado, y fue el mismo pastor, Francisco Plaza, quien pudo disfrutar de este entorno tocado por la barita mágica de la historia. "Trabajar en la dehesa del Generalife es una maravilla. Ya no se encuentran lugares como éste, tan ecológicos y sanos", explicaba Plaza asegurando que, de ser posible, repetirá sin dudar el próximo otoño.

El motivo de que las ovejas de Francisco Plaza puedan pasear por este paraje es que la Alhambra vuelve a recuperar la actividad del pastoreo en el olivar de la dehesa del Generalife en un empeño por volver a una estampa que desde hace más de 80 años no se veía en esos prados.

Las 597 ovejas pastarán -con agua y cobijo incluidos- durante un mes y medio en el Cerro del Sol, por encima de las Huertas medievales del Generalife, los Alijares y la Silla del Moro, y cercano a los restos arqueológicos del palacio de Dar al-Arusa. El rebaño, mezcla de raza segureña y murciana cuenta con diez machos y el resto hembras procedentes de la Alquería de El Fargue.

La delegada del Gobierno de la Junta en Granada, Sandra García; el director del Patronato de la Alhambra y Generalife, Reynaldo Fernández; acompañado por la delegada de Medio Ambiente, Inmaculada Oria, fueron los encargados de presentar ayer esta experiencia piloto, que se pone en marcha por segundo año consecutivo, junto a Francisco Plaza, que ha recorrido los 7 kilómetros que separan El Fargue de la Dehesa del Generalife junto al ganado a través de la Colada del Fargue, una histórica vía pecuaria deslindada.

Los representantes valoraron ayer muy positivamente esta iniciativa y reconocieron que la práctica de la trashumancia "constituye en la actualidad un patrimonio vivo. El traslado de ganado de unas tierras a otras siguiendo los beneficios estacionales ha originado un rico patrimonio cultural y etnográfico".

En este sentido, la delegada del Gobierno incidía en la importancia de "recuperar usos, costumbres y oficios que se están perdiendo y olvidando. Los ganaderos están haciendo una labor fundamental de prevención de incendios, evitando así tener que realizar las actuaciones de desbroce preventivo de incendios".

Para finalizar, el responsable del Conjunto Monumental recordaba aquellos años históricos en los que "la Alhambra es un paisaje cultural de altísimo valor. Los animales, la ganadería tuvieron una etapa intensa en la época zirí y beréber y en el reino nazarí. De hecho, en el Generalife, se encuentra la Puerta de los Carneros, donde se ubicaba el ganado del sultán", explicó.

En un futuro, el Patronato de la Alhambra y Generalife también tiene previsto recuperar otro trocito de lo que fuera la etapa medieval en Granada y así volver a utilizar los animales de carga (mulos) para determinados trabajos: labrado de tierras, porte de materiales de construcción en sitios no transitados por vehículos y la saca de material vegetal en zonas sin acceso a maquinaria.

Cabe recordar que el pasado 11 de abril de 2017, el Consejo de Ministros declaró la trashumancia patrimonio cultural inmaterial, razón de más para que Granada explote otro de sus tesoros.

Al igual que los olivos, el de este pastor es también un oficio centenario, razón especial por la que espera que su hijo de diez años siga sus pasos y dé continuidad a la labor de una familia con tres generaciones de amor por los animales y el entorno. Como con cualquier profesión, insistía Plaza ayer "hay que tener vocación y pasión" y añadía que el oficio de pastor es muy duro. "Soportando frío, calor, lluvia… Pero siempre en contacto con la naturaleza".

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