Ayer se cumplieron 73 años del asesinato del granadino Rafael Molina Mantas, otro perjudicado directo de la fatídica Guerra Civil española. Sin embargo no era una víctima más del franquismo, ya que se trataba del último alcalde republicano de la localidad que le vio nacer, Huétor Tájar. Ademas de ser el bisabuelo del cantaor Juan Pinilla, Molina era militante del PSOE y líder local de la UGT en dicho municipio. Por ello, el sindicato quiso rendirle homenaje ayer mismo en un acto que contó con la presencia de su bisnieto el cantaor granadino, entre otras personas.

El evento tuvo lugar en el Cementerio de La Almudena de Madrid, donde yacen sus restos en la fosa republicana, junto con los de las 13 rosas, el padre de Pablo Iglesias, fundador de la UGT, y centenares de víctimas civiles. Molina falleció en 1945 en la cárcel de Yeserías donde fue encarcelado por el régimen franquista. A pesar de ello, esa misma primavera una pareja de la Guardia Civil se presentó en su propia vivienda. El relato que estos contaron a la familia fue que Rafael había fallecido en un hospital de Madrid. Hasta que su cuerpo ha podido descansar en la fosa, sus descendientes han realizado una intensa labor de búsqueda del cuerpo.

Estos esfuerzos han sido alabados por Pepe Álvarez, el Secretario General de UGT Confederal, que también asistió al homenaje para subrayar que estas reivindicaciones de la memoria histórica se hacen por justicia, alejando toda idea de revancha que pudiera motivar estas acciones ya que, según él, eso no tiene cabida en los corazones de estas personas que tanto han sufrido. Además, quiso incidir en la importancia de estas labores afirmando que este país no hará justicia hasta que las cunetas estén "limpias" y sin los restos de las personas que fueron asesinadas en la guerra más "incivil" que puede haber. Por ello mismo, aprovecharon la mentalidad del evento para denunciar la falta de voluntad política por parte del Ejecutivo del PP en la búsqueda de las 115.000 víctimas del franquismo desaparecidas que se encuentran enterradas en cunetas y fosas comunes, igual que le ocurrió al alcalde granadino.

En ese sentido, la diputada del PSOE en el Congreso Elvira Ramón, que tampoco se perdió la cita, valoró este acto como un "justo y merecido" reconocimiento al mismo, destacando que esta manera de "recuperar la memoria democrática, especialmente en nuestros pueblos, es la mejor manera de preservar la democracia". Además, afirmó que el mejor tributo que se le puede hacer a Rafael es "seguir luchando por los ideales que defendió para hacer de la nuestra una sociedad más igualitaria".