La crónica del Pregón

Teología y guasa de Juan Miguel Vega en el Pregón de la Semana Santa de Sevilla

Juan Miguel Vega pregona la Semana Santa de Sevilla 2024.

Juan Miguel Vega pregona la Semana Santa de Sevilla 2024. / José Ángel García

Juan Miguel Vega paseó por primera vez la Semana Santa de la mano de sus padres, Juan y Lola. Pero también de la de su vecina Conchita, quien le dio a conocer la idiosincrasia popular de esta fiesta. Luego, con los años, descubrió que esta celebración -que igual discurría en el interior de la Catedral que en el de las tabernas- la había narrado muchas décadas antes Antonio Núñez de Herrera en aquel libro antológico, que ha marcado la forma de contar los días santos a muchos periodistas.

El Pregón que ha pronunciado este domingo el director de Canal Sur Radio tiene mucho de esa Semana Santa popular, de la fiesta con dosis de guasa y salpicada de personajes que marcaron época (desde los costaleros asalariados a Angelito el aguaó). Pero también ha habido hueco para la celebración netamente religiosa, para la que ha reivindicado la necesidad de que los cofrades confiesen su fe sin complejo alguno

Teología y guasa de la Semana Santa en la voz y el texto de este periodista con el que muchos sevillanos crecieron con sus retransmisiones radiofónicas de la fiesta principal de la ciudad. Una experiencia delante de los micrófonos que ha resultado esencial para que la hora y 42 minutos que ha durado su intervención se hayan hecho soportables. La pronunciación ha sido de diez, especialmente, cuando le ha tocado defender una trabajada prosa, momentos en los que se manifestaba el Vega más sincero y en los que ha conseguido darle al Pregón su máxima dimensión.

Vega ha hilvanado el extenso texto –donde prácticamente no ha quedado ningún ámbito cofradiero sin nombrar– con un elemento que hace palpitar los últimos días el corazón de la ciudad, la luz. “Esa luz, Sevilla, esa luz diferente, como venida del tiempo sin tiempo de la infancia, es la que hoy nos anuncia que llega otra vez la Semana Santa”.

En ese enunciado están las claves del Pregón. La Semana Santa del Vega adulto marcada por los años de la niñez, con un recuerdo especial a sus padres y a esa vecina Conchita de cuya mano aprendió todos los secretos de la fiesta. “Todo, absolutamente todo, cuanto voy a decir aquí está inspirado por una historia de amor. Una hermosa historia de amor que labraron y compartieron un trianero llamado Juan Vega Ramírez y una sevillana de la Cruz del Campo, que se llamó Dolores Leal Estudillo. A ellos dos, a mis padres, va dedicado este Pregón”, ha referido antes del saludo a las autoridades.

El pregonero –con corbata azul salpicada de motivos blancos que reproducen la Giralda– ha usado la luz y la memoria para llevar de la mano a los oyentes por los vericuetos de una celebración que en menos de siete días se hará carne en la ciudad. Ha recreado las escenas que ya se contemplan estos días en las casas, donde se cuelgan las túnicas de nazareno, y en la calles, con las rampas por las que bajarán los pasos. Vega está vinculado a dos cofradías que harán uso de ellas: el Amor y San Bernardo.

Por los arrabales

Los primeros recuerdos de la infancia le han llevado a la otra orilla. Al ancla en los nazarenos de la Esperanza de Triana, que riega con su nombre y a través del río toda Andalucía. Sin salir del barrio y de día, el Cachorro, en cuya mirada se encuentra “toda la eternidad que el Dios que nos ama nos tiene prometida”. Del Zurraque a San Jacinto, con la Estrella, donde también ha acabado teniendo vínculos familiares.

Pero si hay un barrio de Sevilla donde Vega tiene anclada su vida es San Bernardo. Su Cristo de la Salud, con el que tantas penas ha llorado, y su Virgen del Refugio, símbolo de las alegrías disfrutadas. Una hermandad que, como ha recordado, impidió que décadas atrás fuera derribado el mítico puente de los bomberos, claro ejemplo del poder social que atesoran estas corporaciones en el devenir de la ciudad.

El Pregón de 2024 ha estado trufado de referencias a escritores e intelectuales que han tratado a Sevilla en sus obras. Desde Francisco Morales Padrón a Antonio Machado, cuyos versos ha versionado Vega en más de una ocasión. Pasando por Cernuda o Gerardo Diego. Y sin dejar atrás la faceta musical del pregonero, gran amante del rock.

"La orilla del Señor"

Precisamente The Pretender, banda mítica en este estilo, se ha convertido por unos minutos en protagonista del anuncio de la Semana Santa al evocar al Gran Poder. Para Vega, Sevilla (según su antiguo nombre romano), significa “la orilla del Señor”, una definición que cobra vida cada viernes en la Plaza de San Lorenzo. Es ahí donde se refleja toda la ciudad. En el centro y en los extramuros, visitados por el Nazareno de Mesa en aquellas misiones de 2021.

Esa periferia convertida también en corazón de la fiesta. Vega conoce muy bien las cofradías de vísperas. Las vivió de cerca en Palmete. Es consciente de lo que estas corporaciones suponen para los barrios más alejados. “Son lo más importante que ha ocurrido en nuestra Semana Santa en el último cuarto de siglo”. Es en estas hermandades donde muchos sevillanos encontraron el lugar que durante tanto tiempo les fue negado. “Vinieron para recuperar a tantos hijos pródigos de Sevilla; hijos pródigos, que lo eran no porque hubieran abandonado su casa, sino porque nunca los habían dejado entrar en ella”.

"Sí, creo en Dios, ¿qué pasa?"

Separar el Pregón de la vida de quien lo pronuncia supone una tarea imposible, de ahí que Vega haya recurrido a experiencias personales para defender diferentes causas en este anuncio oficial. Lo ha hecho a la hora de reivindicar la base religiosa que nunca ha de abandonar la celebración. Para ello, ha tirado de anécdotas, como la que tuvo el día de su designación como pregonero, cuando un taxista ateo lo llevó a la sede del Consejo. Un trabajador que, pese a su falta de fe, le confesó ser un gran capillita, punto en el que Vega ha proclamado una máxima: “Una Semana Santa sin Dios es una ‘performance’ vacía, un cuerpo sin vida; un carnaval absurdo”.

Motivo por el cual, ha animado a los cofrades a proclamar sus creencias sin complejo. Ahí se ha escuchado una de las frases con mayor hondura del Pregón, de esa teología popular que ha marcado su discurso. “Cofrades de Sevilla: Tened esa personalidad. No lo neguéis, como Pedro. No sois menos que nadie. Decidlo abiertamente. Sin complejos. Sí, creo en Dios, ¿qué pasa?”, una proclama que se ha llevado el largo aplauso del público.

En este punto, ha hecho una llamada de atención para que las hermandades no “frivolicen” con “ciertos detalles importantes, pero secundarios”. Momento en el que ha citado un buen número de ámbitos que protagonizan titulares en los medios de comunicación: "el atavío de las imágenes, el andar de los pasos, el sonar de las marchas, el exorno de las andas, el puesto en la nómina o los minutos en la Campana".

La Canina y la Macarena

Claro, que no todo iba a ser reflexión. Si el hombre no sólo vive de pan, el Pregón tampoco se mantiene únicamente con la teología, de ahí que a esos minutos que escarban en la raíz de la fiesta le hayan seguido otros de guasa fina y elegante. Así ha ocurrido con el capítulo dedicado a la Canina, figura emblemática de la Semana Santa sevillana que integra el paso alegórico del Triunfo de la Santa Cruz. Vega ha sido uno de los pocos pregoneros que se ha atrevido a nombrarla en su intervención, pese a la “jindama” que provoca en muchos de los presentes.

En el tramo final ha venido la Macarena, con su centuria de armaos (“la gracia de Sevilla”), la cervecería El Tremendo y el recuerdo a Antonio Burgos y a Pepe Hidalgo. Todo ello como aperitivo para desembocar, tras el mar de plumas blancas, en el bacalao de la hermandad y en el paso que preceden los ciriales a los que más difícil les resulta mantenerse erguidos. Al final, por mucho que se la espere, siempre acaba llegando la Esperanza, para la que Vega ha rememorado una de sus retransmisiones en la Campana.

Tramo final

Han sido los últimos compases de un Pregón donde tampoco se ha dejado en el olvido el homenaje a Pascual González, a Juan Miguel Ortega Ezpeleta por los 25 años del templo de los Gitanos o a Angelito el aguaó, personaje de una Semana Santa vivida a golpe de publicación en las redes sociales.

Juan Miguel Vega ha acabado el Pregón con el cielo azul de un Domingo de Ramos que se adueñará en siete días de la vieja Híspalis. Ciudad que supo definir Morales Padrón a la pregunta trascendental del periodista: “Sevilla es esa luz que entra por la ventana”.

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