Andalucía

El alcalde de Córdoba homenajea a Rafael Gómez, imputado en el caso Malaya

  • El empresario, detenido por un delito de cohecho, reaparece en la feria Joyacor

El empresario cordobés Rafael Gómez, que fue detenido en 2006 por un presunto delito de cohecho en el marco de la segunda fase de la operación Malata, recibió ayer un homenaje en la feria Joyacor, en Córdoba, donde le fue entregado un premio por participar en el certamente de forma ininterrumpida durante 25 años. Fue el propio alcalde, Andrés Ocaña (IU), quien le hizo entrega de una placa que vino a simbolizar la vuelta a la cordialidad después de que el Ayuntamiento multara al industrial con 24,6 millones por construir sin licencia las naves de Colecor.

Minutos después, Gómez aludía al "problemilla" con el Ayuntamiento, porque "yo tenía muchas expectativas en las dichosas naves, un negocio que iba a crear unos 500 puestos de trabajo". El constructor sigue confiando en mantener las naves bajo su control. "Estamos intentando solucionar el tema de forma que algún día pueda abrir sus puertas", dijo. Entregado el premio de Joyacor, el propio alcalde reiteró que "la multa sigue su curso" y la entrega del galardón al empresario es sólo "un tema circunstancial que yo no he elegido".

En su reaparición pública, Gómez se refirió al caso Malaya. Detenido en junio de 2006 acusado de un delito de cohecho en el marco de la segunda fase de la operación, la fecha marcó el comienzo de su declive. Según dijo el propio empresario, llegó a tener una deuda de "3.200 millones de euros". También indicó que su grupo de empresas pasó "de tener más de 9.000 puestos de trabajo [directos e inducidos] a quedarse en unos 300".

"Ahora, he conseguido pagar unos 3.000 millones, todavía me queda deuda, pero terminaré pagando aunque me está costando la misma vida", aseguró. Gómez se mostró incluso orgulloso de este pasivo, que consideró una muestra de "hasta dónde he llegado", ya que "sin tener nada, siendo un cabrero, he conseguido que la gente confíe en mí y me preste dinero hasta los 3.200 millones", aseguró.

Gómez volvió ayer a declararse inocente y dijo tener "la conciencia muy tranquila". "Yo podría haber tirado la toalla o quitarme de en medio con esta situación; sin embargo, me levanto todos los días con ganas de luchar porque sé que al final venceré todas las adversidades", dijo. El industrial se calificó como una persona "normal" y "las personas normales a todo le vemos la salida ya que tenemos que tener fe en nosotros mismos, ser coherentes y sobre todo saber a dónde queremos ir en cada momento". Así, está "intentando salir adelante" aunque la actividad constructora está "paralizada".

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