Andalucía

Mueren una madre y su bebé tras el retraso de la cesárea

  • Lourdes Vilches, una sevillana de 32 años, perdió la vida en el Hospital Macarena el viernes 19 · La familia enterró ayer al niño, que sufrió graves secuelas al nacer

Lourdes Vilches, una joven sevillana de 32 años, falleció el pasado viernes 19 de marzo tras 24 horas luchando por su vida y por el bebé que esperaba. Tras una noche de agonía en una habitación de hospital, una parada cardiorrespiratoria truncó sus esperanzas y dejó escasas posibilidades al pequeño. Tras la muerte de la madre, los médicos trataron de salvar al niño, Daniel. Pero la falta de oxígeno durante las últimas horas le había provocado ya graves secuelas irreversibles. Los familiares más allegados se preguntan si una cesárea a tiempo habría salvado al pequeño. El Hospital Virgen Macarena, por su parte, explicó ayer que se siguió el protocolo de actuación en embarazos de alto riesgo y que Lourdes recibió la atención adecuada.

Tras perder a Lourdes, su marido, Miguel, afrontó cinco días después el instante más amargo por el que puede pasar un padre: consentir la desconexión de la máquina que aún mantenía con vida a su pequeño. Los médicos le explicaron que el daño que había sufrido su hijo no era compatible con la vida. Daniel no tenía posibilidades de sobrevivir. Tras la desconexión, Miguel pidió que le permitieran abrazar a su hijo recién nacido, en su último aliento. Entre sus brazos, el padre sintió el último hilo de vida del pequeño. Agarrados, padre e hijo, de las manos, se despidieron para siempre. Los familiares, embriagados por un profundo dolor, despidieron ayer en San Fernando al pequeño Daniel tratando de buscar explicaciones a la terrible pérdida. "Todos sufrimos un dolor inexplicable, pero el sufrimiento del padre, tras perder a su mujer y a su hijo, no tiene consuelo", expresaba ayer un familiar cercano.

El drama de Lourdes y su bebé comenzó el pasado 11 de marzo. Esta madre acudió a Urgencias a las doce de la mañana, en el Hospital Virgen Macarena, porque se asfixiaba y tenía las piernas hinchadas. Comenzó un itinerario por varios servicios: Urgencias, Ginecología, Urgencias de nuevo, Observación y Cardiología. Quedó ingresada en la planta de Cardiología al día siguiente. Lourdes sufría una cardiopatía congénita y su embarazo era de alto riesgo. "Ella confió en sus médicos, que le dieron seguridad para seguir hacia adelante. Que estaría controlada, aunque el riesgo era del 30%, según le advirtieron", explica otra persona próxima a la fallecida. Y Lourdes apostó por su bebé. Esta mujer deseaba ser madre e incluso estaba a punto de viajar a Rusia, para visitar al niño que esperaba adoptar. Pero no le dio tiempo.

Tras varios días ingresada en la planta de Cardiología, "nos comunicaron que la cesárea estaba prevista para el viernes 19 de marzo, pero dos días después la retrasaron hasta el domingo 21", comenta una familiar. El pasado jueves 18, por la mañana, los médicos le realizaron una ecografía para comprobar el estado del bebé: "Todo iba bien, Daniel pesaba dos kilos".

Durante la tarde del jueves 18 de marzo comenzaron las peores horas de la madre y del hijo. Lourdes comenzó a empeorar cada vez más, se ahogaba y expulsaba sangre al toser. "Llamamos al médico, pero estaba ocupado, y un enfermero le colocó una mascarilla de oxígeno y dobló la medicación que le estaban dando por la retención de líquidos", recordaba ayer la familia. A las dos horas llegó el médico a la habitación. Lourdes, angustiada, le preguntó: "¿Me voy a morir?". Lourdes pidió al médico que no llamaran a su madre, que se había volcado con ella en cuidados desde pequeña por la cardiopatía que sufría desde su nacimiento.

Según el relato de la familia, ante la situación, acudió otro médico, que despidió de la habitación al acompañante. Varios allegados recuerdan la visita de un tercer especialista. "Escuché gritos que decían que tenía los pulmones encharcados", recordaban ayer: "El camisón estaba lleno de sangre". Todo ocurrió en la planta de Cardiología y los más allegados a esta mujer aún se preguntan por qué no la llevaron a la UCI.

La noche transcurrió para esta madre entre dolores, ahogos y toses. A primera hora de la mañana del viernes 19 de marzo, Lourdes entró en parada cardiorrespiratoria. Los médicos trataron de reanimarla, sin éxito, en su habitación. Ella y su bebé habían sufrido demasiado.

Los familiares ya han presentado una reclamación al centro hospitalario para conocer con exactitud qué ocurrió y por qué no le practicaron antes la cesárea. También estudian medidas judiciales y reiteran que no quieren dinero: "No queremos una indemnización, que no nos ofendan, sólo queremos explicaciones y que esto no vuelva a pasar", concluían ayer los portavoces.

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