Dani Benítez es baja para lo que resta de temporada. El extremo del Granada Club de Fútbol sufre una rotura miotendinosa en el aductor de la pierna derecha y está descartado para un mínimo de dos meses. El mallorquín llevaba sin poder entrenar con normalidad e integrado con el grupo desde el final de la pasada semana, cuando sintió un "pinchazo" en el muslo, según recoge el parte médico oficializado ayer por la entidad.

Benítez padece un nuevo contratiempo cuando parecía estar en disposición de volver a entrar en las convocatorias para los partidos de Liga. Hay que recordar que se lesionó en el encuentro ante el Valencia jugado en el estadio Los Cármenes el cinco de enero (jornada decimoctava). Entonces sufrió una rotura fibrilar en el aductor de la pierna derecha, la misma en la que ahora se la ha diagnosticado una rotura miotendinosa. Casi a renglón seguido, cuando preparaba su vuelta a la actividad normal, fue objeto de un pinchazo a nivel inguinal -1 de febrero- que le provocó un cuadro de pubalgia aguda. Esta situación llevó al futbolista a ser intervenido -12 de febrero- de una hernia inguinal bilateral debido al cuadro clínico de pubalgia que presentaba.

El calvario de Dani Benítez en la temporada en curso va más allá. Hay que recordar que fue sancionado por el Comité de Competición el 9 de mayo por el botellazo a Clos Gómez en el partido de la pasada temporada ante el Real Madrid, correspondiente a la penúltima jornada de Liga. Le impusieron un castigo de tres meses. Es por lo que el mallorquín no volvió a jugar en partido de Liga hasta el 4 de noviembre de 2012, precisamente en la primera vuelta de la temporada ante el Athletic (jornada décima).

Benítez, en la campaña en curso, sólo ha jugado nueve partidos. Eso sí, todos como titular y con Juan Antonio Albacete Anquela como entrenador. Ahora Lucas Alcaraz, el técnico en vigor, verá aún más constreñidas sus opciones para ocupar la posición de extremo izquierdo, puesto que desde su llegada es propiedad de Nolito, que se ve pegado a la banda en exceso, en lugar de emplearse más hacia el interior, posición en la que se desenvuelve con mayor efectividad.