Diario de paquillo

Día 7: Mis recuerdos como abanderado

FENÓMENO. El rodaje de 20 kilómetros que completé ayer sábado me ha ido muy bien. Sobre todo, a nivel de sensaciones me he encontrado de fábula. Era el último entrenamiento ‘largo’ antes de la gran cita y puedo decir que he cumplido. No volveré a completar 11.000 pasos (según un estudio son 20 kilómetros al ritmo y la frecuencia aproximados de Paquillo) hasta el día de la carrera.

La ceremonia inaugural de los Juegos la hemos visto por televisión mientras cenábamos. Mentiría si no dijera que me dio un poco de nostalgia el hecho de no poder estar allí, viviendo un día histórico, pero en el momento que mi entrenador y yo decidimos preparar la recta final de la Olimpiada en Japón sabíamos que iba a resultar imposible asistir al desfile. Una pena. Cuando vi a mis compañeros por la televisión vinieron a mi mente los Juegos del Mediterráneo celebrados en Almería hace tres años. En aquella ocasión yo me convertí en el abanderado del equipo español en un evento que se celebró muy cerca de mi Guadix natal. Fue una experiencia maravillosa que nunca olvidaré.

Mientras veíamos la ceremonia de inauguración en una sala del hotel llegó un empleado con una botella de agua que se nos olvidó por un descuido en la carretera por la mañana. Al parecer, lo comentamos durante la cena y corrieron al circuito a buscarla. Nos hemos quedado de piedra cuando la han traído y la verdad nos ha dado un poco de apuro. Es increíble lo serviciales que pueden llegar a ser los japoneses.

Día 8: Cambio de 'look'

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