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Fue suficiente con cambiar de cromos

  • La revolución de Sandoval en el once provocó que el equipo fuese otro muy distinto ante el Getafe

Se pueden hacer mil valoraciones tácticas que justifiquen la mejoría a nivel de rendimiento, sensaciones y resultado ofrecida por el Granada ante el Getafe respecto a su estreno liguero contra el Eibar. En defensa habría que hablar de líneas más juntas, de mayor concentración, de presión, ayudas e intensidad adecuadas o de un crecimiento notable a nivel de contundencia e inteligencia en la lectura del choque. En ataque se apelaría a la verticalidad, la fortuna, la capacidad para entender la mejor manera de hacer la transición en cada momento, la explotación de bandas y espacios o los buenos movimientos de los puntas. Sin embargo, la lectura pueder ser mucho más simple y reducirse al hecho de que los futbolistas elegidos en este encuentro por Sandoval entendieron y/o ejecutaron mejor las órdenes del preparador, llevaron a la práctica lo que había que hacer para ganar, algo que no ocurrió frente a los eibarreses.

nombres propios

Hubo cinco caras nuevas en el once titular del Coliseum, cifra que se eleva a seis si se contabilizan los jugadores que actuaron en una posición distinta, ya que Javi Márquez formó parte de la pareja de medio centros frente al Eibar y contra el Getafe fue el media punta del equipo. De esas seis modificaciones, solo una fue obligada, la del recién llegado Biraghi por el sancionado Salva Ruiz en el lateral zurdo. Sin entrar a valorar de lleno ese cambio, ya que Biraghi bastante hizo, teniendo en cuenta que estaba recién llegado, con firmar una actuación aseada cumpliendo su cometido sin errores, la otra media decena de variaciones funcionaron a las mil maravillas. La actuación, tanto a nivel individual como global en el funcionamiento del bloque, de Miguel Lopes, Lombán, Krhin, Javi Márquez y Success fue destacada y gran parte de culpa del éxito firmado en el Coliseum es de ellos.

acertados

A saber, el Foulquier dubitativo y mal situado de la primera parte ante el Eibar fue relevado por un Miguel Lopes que rozó la perfección. Rápido, atento, valiente, preciso, inteligente... el internacional portugués firmó un notable partido y demostró que, si está siempre a esta nivel, o parecido, su incorporación habrá sido un acierto total. Cosas muy parecidas se pueden decir de Krhin. Durante la pretemporada había sembrado dudas, parecía falto de acoplamiento, pero en Getafe se marcó un partidazo y fue el eje sobre el que giró todo el trabajo del equipo, sobre todo en defensa. Destacó en el juego aéreo y en la colocación, siempre cerca de los centrales pero sin acular la medular. Su entrada permitió descargar de responsabilidad a Rubén Pérez y, sobre todo, liberar a Javi Márquez, quien como centrocampista adelantado por detrás de El Arabi hizo olvidar su mal partido ante el Eibar. Estuvo participativo, acertado y enchufado. Lombán no brilló, pero demostró sobriedad, colocación, fortaleza por arriba y capacidad de liderazgo, que no es poco. Lo de Success estaba cantado. Potencia, desborde, gol, querer el balón... es joven y le faltan cosas, como decidir mejor o no entrar en los piques, pero a este nivel va a ser difícil sacarlo del once.

descanso mental

El Granada es séptimo en la clasificación. Una anécdota. Si no hubiera ganado en Getafe estaría en descenso. Otra anécdota. Sin embargo, y más allá de que estos tres puntos ya no te los quita nadie, el descanso mental, el respiro emocional que supone pasar de hacerlo mal a bien, de estar abajo a estar arriba, de perder a ganar, de dececpcionar a convencer, es grandísimo, y más aún si la Liga para durante dos semanas.

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