Si nuestros padres tuvieron un único empleo toda la vida, las nuevas generaciones deben hacerse a la idea de que, el ritmo vertiginoso al que evoluciona el mundo, les llevará a tener varias experiencias laborales. "Hay que concienciarse de que lo normal será cambiar siete u ocho veces de trabajo a lo largo de la carrera profesional", aseguró ayer Pedro Riera, socio de la empresa de búsqueda y desarrollo de talento directivo, Seeliger & Conde. En la clausura del curso 2013-2014 de la Escuela de Organización Industrial (EOI), los alumnos pudieron escuchar los consejos de un experto que lleva 17 años ejerciendo como cazatalentos. "Yo sólo he cambiado tres veces de empleo, de IBM a Apple y de ésta a Seeliger & Conde, pero vosotros lo haréis mucho más", advirtió.

Riera aseguró que esto no significa que los empleados "estén traicionando a su antigua compañía", sino que quieren progresar y tienen "hambre de nuevos retos y oportunidades". Avisó de que no hay que ser corporativistas en exceso, pero sí leales con el proyecto y con el equipo, así como trabajar con optimismo y pasión. "Un optimista es un 30% más eficiente que un pesimista", calculó, para añadir que sólo con ilusión se consiguen los éxitos. "El que se mueva sólo por dinero a la larga estará enfocado al fracaso; es mucho mejor buscar la felicidad en el trabajo, pasarlo bien, disfrutar", dijo.

Entre las capacidades de los directivos, ejecutivos y empresarios del futuro, Riera destacó por encima de todo que deben tener predisposición hacia el cambio, ya sea funcional, geográfico o temporal. "Hay que estar dispuesto a moverse; yo tengo dos hijos: uno en la India y otro en Australia, y pienso que es lo mejor para ellos", confesó. E hizo hincapié en lo "importantísimo" que es saber idiomas. "El que esté en esta sala y no sea capaz de subir a esta tribuna y dar un discurso completamente en inglés que, cuando salga por esa puerta, busque una academia o se vaya a vivir a Reino Unido; sin inglés ya no somos nada", sentenció.

Para este cazatalentos, nada se consigue sin esfuerzo, por lo que animó a todos los presentes a estar en un continuo proceso de aprendizaje. "Hay que estudiar constantemente; dentro de diez años los conocimientos técnicos y empresariales que podamos tener hoy habrán quedado obsoletos, por lo que necesitamos una renovación permanente", avanzó. Junto a ello, el espíritu emprendedor será la otra palanca clave. Aclaró que esto no quiere decir que todo el mundo tenga que montar una empresa, sino que se puede innovar y proponer cambios desde el puesto de trabajo en el que se esté.

El experto también tuvo tiempo para aconsejar a los alumnos con respecto a su futuro a largo plazo. Asumió que "estamos en un mundo de decepciones, en el que las empresas pueden prescindir de nosotros", por lo que subrayó la importancia de contar con un plan B. "El 57% de los ejecutivos mayores de 56 años no tiene empleo, por lo que mi consejo es que los jóvenes se preparen para un posible golpe", dijo. Por ello, recomendó vivir con 11 de las 12 pagas anuales y guardar una para, si llega el momento, usar ese dinero para montar un negocio. "Hay que planificar una ocupación: abrir una franquicia, un restaurante, una librería...".

En el mismo acto, el presidente de la Fundación EOI, Enrique Hernández Bento, animó a los alumnos a "poner pasión para alcanzar sus sueños", mientras que el presidente de la CEA, Javier González de Lara, les pidió que se lancen a la aventura de crear empresas "que generen el empleo que tanto necesita Andalucía", y el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, les pidió que nunca caigan en el conformismo y que luchen por alcanzar nuevas metas innovadoras. E hizo una reflexión sobre su propia situación personal: "Yo no me pienso morir en la política, pero creo que es bueno que, los que nos hemos formado en otras profesiones, aportemos nuestro granito de arena a la política durante un periodo de nuestra vida para, pasado un tiempo, volver a nuestras ocupaciones iniciales", señaló.