Entre leones

El PSOE, el paro y Cameron

  • González moviliza al electorado socialista. Cameron le echa un cable al Gobierno con el paro. Malestar entre los diputados andaluces por la destitución de Gutiérrez. El PSC, condenado a tirar de la marca PSOE

Felipe González al rescate

Las declaraciones de Felipe González a El País, donde viene a decir que tuvo a tiro a toda cúpula de ETA y decidió no ponerla patas arribas han abierto la caja de los truenos. Desde el PP se le señala como la X de los GAL y se piensa, asesorado por su frente mediático más ultra, si reabrir una especie de epílogo de este asunto para salpicarle al vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, que está muy crecido en sus funciones de primer ministro. Desde el PSOE, Bono, tan ocurrente como siempre, ha salido en defensa de Felipe González asegurando que es el mejor presidente de Gobierno de la historia de España de la A a la X. Para que después diga Zapatero que el castellanomanchego no sabe guardarle el sitio. Más allá de la tormenta, la realidad es que, según algunos estudios demoscópicos que están en marcha, las declaraciones del sevillano han movilizado al electorado socialista tanto o más que la crisis de Gobierno que ha protagonizado recientemente Rodríguez Zapatero. ¿Por qué? Los expertos apuntan a que el ex presidente ha hablado más claro que nunca sobre los GAL y la corrupción, las dos manchas más importantes de su expediente. Y, sobre todo, ha impartido doctrina en el resto de las materias. Acostumbrados a las ocurrencias de ZP, una parte importante del electorado socialista se ha venido arriba cuando se ha reencontrado con Felipe González, el líder indiscutible del socialismo democrático español. Tanto han calado sus palabras que, de cara a las elecciones municipales y autonómicas, se lo rifan. Los socialistas malagueños son los primeros que lo han incluido en su agenda electoral: el próximo día 3 de noviembre estará en Málaga con la candidata a la alcaldía de la capital, María Gámez. Otra que va a ser muy requerida en los próximos meses es la nueva ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, por ser el guiño a la izquierda que necesitaba el PSOE.

Mal

Los socialistas catalanes, que afrontarán en poco menos de quince días las elecciones autonómicas, tienen al 50% de su electorado desmovilizado. Es decir, uno de cada dos votantes está por darle la espalda al PSC. Teniendo en cuenta que el 80% de su voto es PSOE, José Montilla, con todo el dolor de su corazón, tendrá que tirar de líderes nacionales del perfil de González y Bono para intentar que CiU no gane los comicios por mayoría absoluta.

Regular

Si mal están la cosa en Cataluña, no mucho mejor están en Andalucía, donde el PSOE-A tiene unos índices de desmovilización muy similares a los del PSC y con el PP y el 80% de sus votantes deseando acudir a las urnas.

Larga cambiada

El nuevo secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, ha encajado bien en Ferraz. Político serio, transmite tranquilidad. Eso sí, le falta todavía aclimatarse a la temperatura política capitalina. Durante la rueda de prensa conjunta que dio con José María Barreda, presidente de Castilla-La Mancha, tras el Consejo Territorial del PSOE, se ausentó después de dejar para el final varias preguntas sobre las declaraciones de Eguiguren y Vera. No sufrió ninguna indisposición; simplemente se salió para consultar con su jefe de Comunicación. Una vez reintegrado en la sala de prensa, despachó los asuntos con una larga cambiada.

Susana

A la pata coja llegará el miércoles al Congreso de los Diputados la secretaria de Organización del PSOE-A, Susana Díaz, junto a Luis García Garrido, secretario regional de Política Institucional y delegado del Gobierno en Andalucía, para repasar con los diputados socialistas andaluces las enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado para 2011. Como introductor de embajadores actuará el diputado Javier Barrero, muy respetado por sus compañeros. Allí, Díaz y Garrido podrán comprobar de primera mano lo mal que ha sentado la destitución de Concha Gutiérrez como secretaria de Estado de Transporte por el ministro de Fomento, José Blanco, para colocar en su lugar a un hombre de Montilla. Reequilibrio territorial de cara a las catalanas lo llaman.

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