Granada

Condenados tres universitarios a pagar 1.200 euros por tirar huevos a una fachada

  • La jueza los considera autores de una falta de deslucimiento y les impone seis días de trabajos de limpieza en beneficio de la comunidad · Fiscalía llegó a pedir un año de cárcel por ser un edificio histórico

A tres jóvenes universitarios de Granada les ha salido muy cara la docena y media de huevos que, hace dos años, estamparon contra la fachada del Colegio Mayor San Bartolomé y Santiago. La titular de lo Penal 2, que los juzgó a finales de octubre, los ha considerado autores de una falta de deslucimiento y los ha condenado a seis días de trabajos en beneficio de la comunidad, así como a indemnizar, conjuntamente, con 1.200 euros al centro agraviado.

La sentencia, a la que ha tenido acceso este diario, considera probado que, el 17 de diciembre de 2009, los acusados, E.N., D.G. y J.M.H., se dirigieron al número 31 de la calle San Jerónimo "en compañía de otros individuos no identificados", donde "puestos de común acuerdo comenzaron a lanzar huevos contra la fachada" del edificio, un inmueble del siglo XVI que es sede del Real Colegio San Bartolomé y Santiago.

Con los impactos, los acusados "deslucieron" la fachada y la reparación de los daños causados con los huevos ha sido tasada, como precisa el fallo, en 1.200 euros, "sin contar el IVA ni el coste de las licencias y permisos para llevarla a cabo", una cantidad que tendrán que afrontar los estudiantes condenados una vez que la sentencia sea firme (puede ser recurrida ante la Audiencia de Granada).

Los acusados reconocieron en el juicio que la noche en la que sucedieron los hechos, junto a otros compañeros del Colegio Cisneros, "realizaron una ronda por Fuentenueva y varios colegios mayores cantando y celebrando la Navidad disfrazados de Papa Noel con barbas y gorros". No obstante, los tres negaron haber intervenido en el lanzamiento de los huevos, "afirmando que cuando llegaron al Colegio San Bartolomé ya se encontraron con que la fachada había sido manchada con impactos de huevos, desconociendo quienes compraron los huevos y los lanzaron".

La juzgadora no les ha creído y resalta el testimonio prestado por el conserje del centro, que señaló a los tres acusados "sin ninguna duda" como los autores de los lanzamientos, ya que los vio "con toda claridad" tirar los huevos a unos diez metros de distancia de donde él se encontraba, "llegando a mancharle el pantalón que vestía". Fue el conserje, de hecho, quien llamó a la Policía Local tras recriminarles su conducta.

Para la jueza, el testimonio de este testigo, que describió "de forma precisa" cómo ocurrió todo, ha sido crucial para condenar. "Es prueba de cargo suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia de los acusados", subraya. Pese a ello, no cree que los hechos fueran delictivos, pues realmente daños al edificio no se causaron. Fueron "deterioros menores, de escasa relevancia, superficiales y además reversibles", destaca. Por eso se ha decantado por condenar a los chicos a seis días de trabajos en beneficio de la comunidad en lugar de a los seis días de localización permanente que pedía el fiscal. A su juicio, se trata de "una pena que se estima más adecuada a la naturaleza del ilícito penal cometido (...), especialmente si los trabajos están relacionados con actividades de limpieza", pues permitirá "materializar la finalidad resocializadora que se atribuye constitucionalmente a la pena".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios