Granada entera vibró el pasado 18 de junio cuando su equipo de fútbol ascendió a Primera División y desde ese día sigue alimentando sueños. Para los que como Luis Oruezábal, propietario del restaurante Chikito, su corazón late para este deporte y para esta ciudad, ese momento mítico no podía quedarse ahí y de la ilusión de esos primeros días tras el triunfo nació un proyecto solidario que ahora, como la formación de Fabri, está dando sus mejores frutos.

En concreto, la beneficiaria de esta iniciativa es la Asociación Granadown, una entidad sin ánimo de lucro, de ámbito provincial, formada por un amplio colectivo de personas con síndrome de down, sus familias, un cualificado equipo de profesionales, socios colaboradores y voluntarios.

En concreto, Luis Oruezábal ha hecho entrega a este colectivo de un cheque por valor de más de 6.000 euros, la cuantía que ha recaudado gracias una rifa benéfica.

Todo comenzó antes incluso del ascenso del Granada, cuando Oruezábal encargó la fabricación de una camiseta gigante rojiblanca de 6 por 5,5 metros. Cuando la formación de Fabri ascendió, una de las personas que más apoyó al Granada CF a lo largo de todos estos años, quiso celebrarlo por todo lo alto. Entre otras muchas celebraciones, invitó a la plantilla a que firmaran la camiseta gigante que lució en la puerta de su local hasta principios del mes de diciembre.

Un cliente quiso comprarla por 2.500 euros, pero el simpático restaurador decidió mejor sortearla y dedicar ese dinero a una causa benéfica. "Preparamos papeletas de cinco euros y, aunque si se hubiesen vendido todas hubiésemos llegado a los 10.000 euros, hemos reunido 6.000, que no está mal para una ayuda", cuenta el que fuera jugador del Granada CF.

El sorteo ante notario se celebró el pasado día 3 de diciembre, pero ese no es el único agraciado: también lo son todos las personas con síndrome de down que reciben las actividades que proporciona esta ONG como fisioterapia, logopedia, apoyo escolar o participan en los programas de vivienda compartida o formación afectivo-sexual. El objetivo último es que las personas con síndrome de down logren la desarrollar la máxima autonomía e integración familiar, escolar, laboral y social.