Granada

Cuando la última voluntad es convertirse en modelo de Anatomía

  • Cada año Medicina recibe alrededor de 150 solicitudes de personas que quieren donar su cuerpo a la ciencia · Más de 2.200 alumnos de la UGR realizan prácticas cada curso en este departamento

El macabro hallazgo de una mano en un solar del centro hace tres semanas hizo que se dispararan todo tipo de especulaciones sobre la procedencia de ese miembro humano. Sin que quedase claro el hilo conductor de la argumentación, la que finalmente se impuso fue la que procedía de la Facultad de Medicina. El decano, Indalecio Sánchez Montesinos, se apresuró a zanjar las habladurías negando rotundamente esta afirmación. "Llamé inmediatamente a la responsable del Departamento de Anatomía para preguntarle y me lo ha confirmado. Yo mismo estuve al frente de ese Departamento, y que desaparezca una mano no es una cosa fácil. Y nuestros alumnos están por encima de esas cosas", explicó en su momento el decano a este periódico.

Escuchar hablar de recuentos de miembros humanos o de cuerpos con tanta naturalidad choca para cualquier persona que no sea estudiante de medicina, policía o forense. Sin embargo, en el Departamento de Anatomía el trabajo entre cadáveres se desarrolla con un ambiente de normalidad científica, una mezcla entre seriedad y rigor a partes iguales con sencillez y afabilidad. La directora del mismo, la catedrática Antonia Aránega, explica que los alumnos de Medicina, pero también de Farmacia, Inef, Fisioterapia, Óptica, Odontología, Terapia Ocupacional y Bellas Artes, estudian, diseccionan y observan el cuerpo humano por dentro para aplicarlo luego en sus respectivas especialidades. "Además, Anatomía es una asignatura muy transversal que está presente a lo largo de toda la carrera", puntualiza Aránega.

En total 2.200 estudiantes tienen prácticas este año en este departamento, según los datos del secretario, Antonio Ramírez, que es la persona encargada de la recepción de las solicitudes para donar un cuerpo a la ciencia.

El secretario dispone de los impresos que se tienen que rellenar y de la hoja informativa sobre "la necesidad de donación para la docencia y la investigación médica". "Lo curioso es que llegan relativamente pocos estudiantes de Medicina interesados, a lo mejor 3 o 4 en todo el curso aunque recogemos una media de 150 solicitudes de donación al año", cuenta Ramírez. Pero entonces, ¿quiénes son los que donan su cuerpo a la ciencia? "La mayoría son personas entre 45 y 60 años, o más. Supongo que es gente que no quiere entierros ni velatorios. También vienen muchas parejas de extranjeros", cuenta el simpático secretario.

Él recoge los impresos pero las encargadas de recoger los cuerpos son las técnicas del Departamento, Teresa Martínez y Rosario Llamas. Ellas son las que recepcionan el cadáver y lo preparan, aunque ahora mismo no se acepta ninguno: en el Consejo de Departamento del año pasado se llegó a este acuerdo por problemas de espacio. "En las piscinas del sótano caben bastantes, unos 20, pero ya están llenas", explica Teresa Martínez, quien detalla que lo primero que hacen es limpiar el cuerpo: "Hay que quitarle la ropa, los pañales, limpiarlo y afeitarlo...". Entonces se procede a inyectarle formol con una bomba, hasta que este sustituye a la sangre del cuerpo, un proceso que puede durar hasta cuatro y cinco horas. Entonces está listo para ir a las piscinas, grandes estancos de cemento también llenos de formol en donde se amontonan los cuerpos hasta que se necesitan para la sala de disecciones y de donde se sacan con una grúa.

Lo normal es que a principio de curso se estrene material escolar: entre tres y cuatro cadáveres con los que los alumnos aprenderán Anatomía divididos en pequeños grupos de prácticas.

A finales del curso, cuándo los cadáveres están ya muy deteriorados por el uso, son incinerados. Sin embargo, antes se les retiran los órganos que pueden ser aprovechados para clases específicas, como por ejemplo los pulmones. "Hay diversos procesos de conservación. Normalmente los tenemos conservados en formol o congelados, pero también existen otros procedimientos, como el de la plastinación. Y para los huesos basta con limpiarlos y bañarlos un poco en lejía", explica la técnica del Departamento.

Los profesores comunican a las técnicas del departamento las necesidades específicas de cada unas de sus prácticas y ellas preparan todo, aunque lo normal es que el mismo profesor las acompañe personalmente a los sótanos a buscar las piezas en mejor estado.

La directora del departamento explica que para usar este ascensor hace falta una llave especial que sólo tienen las dos técnicas, ni siquiera ella. Tampoco dispone ella de la llave de la sala de disecciones, que tienen las técnicas y el secretario para que quede rigurosamente cerrada cuando no hay nadie. En el resto de las aulas del departamento lo que hay son modelos de plástico similares a los que existen en los institutos aunque específicos para determinadas áreas con los que los alumnos se familiarizan con la anatomía de forma teórica antes de enfrentarse a la disección real.

Los profesores y el alumno nombrado jefe de prácticas supervisan la disección, en la que no suelen participar grupos de una decena de estudiantes, explica Aránega, para quien más que esta vigilancia y este control de las piezas, la garantía del proceso reside "en la enorme vocación y en la voluntad de preparación" de los alumnos del Departamento de Anatomía.

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