Está claro que la necesidad de dinero afina el ingenio. Eso sí, a unos más que a otros. A la secretaria municipal de Cortes de Baza, Rosa María Rosales Chamorro, no se le ha ocurrido otra forma "mejor" que derivar dinero del ayuntamiento en el que trabaja a sus cuentas particulares. Las primeras estimaciones del caso, que ha denunciado el propio equipo de gobierno y que ya se ha puesto en conocimiento de la Guardia Civil, apuntan a más de 100.000 euros. Y hasta propia secretaria, en un pleno, ha reconocido los hechos.

Después de más de una semana de investigación, todavía se siguen encontrando documentos que demuestran que la actuación de la máxima responsable administrativa del consistorio no fue una casualidad. Nadie, ni siquiera ella misma, es capaz de detallar ni una cifra ni el tiempo que lleva haciéndolo. El caso es que la secretaria municipal había ideado diferentes procedimientos para que el dinero que debería haber ido al pago de facturas, nóminas y otros gastos municipales acabara en su poder. Unas veces se falsificaban las firmas tanto de la alcaldesa como de la tesorera municipal, necesarias para poder realizar cualquier gestión económica ante las entidades bancarias; otras veces las cartas de pago han aparecido manipuladas, incluso no se descarta que haya algún otro mecanismo.

El equipo de gobierno que dirige el Ayuntamiento de Cortes de Baza ya venía observando que había facturas pendientes a pesar de que el dinero se había derivado para pagarlas y que algunos proveedores seguían pidiendo los pagos aunque ya se habían ordenado. Pedían información pero la secretaria no se la facilitaba. La situación económica estaba tornándose insostenible.

El miércoles 14, en plena huelga general, la secretaria 'metió la mano' por última vez. Solo tuvo que cruzar la calle, pues enfrente del Ayuntamiento se encuentra una entidad bancaria, y ante la extrañeza del empleado que la atendió, realizó un traspaso de 10.000 euros desde la cuenta municipal a su cuenta particular. Extrañados, algunos responsables municipales investigaron esta gestión y la 'bomba' les explotó en plena cara. La alcaldesa, Práxedes Torrecillas, fue informada desde el primer momento y al día siguiente la secretaria municipal era suspendida de empleo y sueldo. Tras pedir asesoramiento a la Diputación, el consistorio decide convocar un pleno para que los rumores que estaban empezando a desbocarse tuvieran una explicación. Se celebra el 16 de noviembre. Ella misma acude al acto pero se queda fuera del salón; no obstante, entrega una carta a la secretaria accidental para que la lea públicamente. En ella, reconoce los delitos que se le achacan y argumenta que lo hizo ante la necesidad económica acuciante que estaba viviendo en su familia. Nada indica sobre la cantidad que se había llevado, ni desde cuándo, ya que venía desempeñando este cargo desde hace tres años. A lo largo de esta semana, la secretaria ha devuelto algún dinero al Ayuntamiento.