Francisca Serrano. Operadora bursátil

"Los niños deben aprender a mover el dinero para no tener luego ese déficit"

  • 'Hijo rico, hijo pobre' es el título del último manual de la inversora en la que enseña a los padres los pasos que deben ir dando para que sus hijos sepan mover su dinero en el futuro

Francisca Serrano, licenciada en Derecho, era funcionaria. Ahora es trader, o lo que es lo mismo, operadora bursátil y su sueldo lo gana entrando y saliendo de los mercados financieros. Así lo explica la propia Serrano, para quien todo cambió el día que se planteó la siguiente pregunta: "¿En qué se diferencia la forma de pensar de alguien que tiene el don de producir dinero del que no?" . Ahora, en su nueva etapa como formadora de operadores bursátiles, plantea a los lectores de su último libro una serie de nuevas cuestiones: "¿Educa igual un pobre a su hijo que un rico? ¿Cuál es la diferencia? ¿Qué pasaría si damos al hijo de una familia humilde y sin educación financiera los conocimientos que los ricos transmiten a los suyos". A esas y otras interrogantes ofrece respuesta en Hijo rico, hijo pobre.

-Llama la atención la ausencia de una educación financiera en las escuelas españolas aunque todos los niños tendrán que lidiar con el dinero en el futuro.

-Yo tengo un niño de diez años y me preocupo de que hable inglés y que tenga buena relación con la informática, no hace falta ni explicar los motivos que me llevan a ello. Pero parece que a nadie le preocupa que el niño tenga buena relación con el dinero. El niño parte con un déficit, salvo que tenga la suerte de tener unos padres que por casualidad son economistas o que han invertido toda la vida y trasmiten sus conocimientos. Si no es así, en el caso de que seamos padres, se requiere por lo menos que estemos abiertos a querer estudiar el tema.

-Para los padres, ¿adquirir esa formación bursátil tendrá otras ventajas además de formar a los hijos?

-Tenemos un sistema de jubilación que se organiza en virtud de lo que vamos aportando a las arcas de la Seguridad Social y la pirámide está cambiando. Antes éramos un país de muchos jóvenes y pocos abuelos y ahora es al contrario. Las futuras generaciones no podrán soportar toda la masa de personas ancianas. O nosotros movemos ficha para empezar a invertir la pirámide o ya me contarás lo que nos espera.

-¿Cuáles son los primeros pasos que se tienen que dar para iniciarse en el recorrido de ese camino?

-El libro lo que hace es explicar el por qué hay personas que son ricas y otras son pobres. Qué han hecho los ricos que no han hecho los pobres. Hay una serie de creencias limitantes que se abordan en los primeros capítulos del libro, porque tenemos una relación negativa con el dinero. La sociedad está orientada a decir que el dinero es malo, que la gente que lo tiene no es buena. Y no es cierto, no todo el mundo que tiene dinero tiene por qué ser malo, es el uso que haces del dinero y cómo llegas a él lo que te puede hacer ser mala persona.

-¿Cuáles son los consejos básicos para empezar a cambiar?

-Hay que tener un plan y hay que saber invertir. Por ejemplo, hay una cosa maravillosa que es el interés compuesto, pero normalmente los bancos lo utilizan en nuestra contra en las tarjetas de crédito. Eso se puede utilizar a favor nuestra.

-¿Cuál es la diferencia entre su libro y otros muchos títulos que están surgiendo en el mercado sobre este tema?

-La novedad es que he puesto muchos ejercicios. En concreto, cincuenta, que se distribuyen al final de cada capítulo. Son tanto para tener creatividad como para tener un plan que ayude a ser una persona emprendedora.

-Usted es un ejemplo ese cambio de mentalidad, actitud y vida.

-Sí, yo hice Derecho, no soy economista. Era funcionaria, algo que está en contra de ser inversor. Poco a poco me fui dando cuenta de que la mentalidad que tenía no era la correcta y hoy estoy en excedencia y vivo de mis operaciones en los mercados financieros. Pienso que cualquier persona puede vivir de eso y es lo que he intentado explicar.

-Sin embargo mucha gente pensará que para invertir en bolsa hace falta una licenciatura en Economía y un máster de prestigio internacional, como mínimo.

-Qué va, no hay que tener una formación específica. Se aprende haciendo cursos, formándose poco a poco, y por su puesto en las plataformas que ofrecen simuladores de bolsa. Cualquier persona puede aprender a comprar acciones, abrir un fondo de inversión o un plan de pensiones. Sólo hay que saber cómo mover tu dinero. Imparto muchos cursos en academias o en Madrid, en la Universidad Europea.

-En el libro indica que a partir de los 14 años se puede enseñar al niño a mover dinero en bolsa. ¿No es muy pronto?

-Yo el alumno más joven al que le he dado clases tenía 12 años y venía con su padre. Ahora tengo un alumno que tiene 14 y ya ha ganado alrededor de 10.000 euros operando en bolsa. Además, la persona más famosa del mundo bursátil, Warren Buffet, empezó a invertir con 10 años y dijo que llegó tarde. Cuando fui a Estados Unidos a formarme, mis compañeros de clase tenían entre 18 y 23 años. Cuando yo llegué con 33 años era la más vieja y me decían que cómo se me ocurría tan mayor. Allí estaba todo el mundo obsesionado con invertir en bolsa porque saben que es su futuro. La cultura en otros países sobre la educación financiera es muy diferente respecto a España y se enseña antes.

-Otro de los tópicos es que los invasores de bolsa son tiburones agresivos como el protagonista de 'El lobo de Wall Street', aunque sin delinquir.

-Pero esa persona era un hombre sin escrúpulos y lamentablemente los que no conocen el mundo de la inversión nos meten a todos en el mismo saco. No va la cosa por ahí. La gente que tiene que aprender educación financiera son personas de la calle, como tu y como yo, amas de casa, albañiles, abogados, médicos... y de todos los estratos sociales. Y así luego ellos pueden aprender a trasmitir esa educación financiera a sus hijos.

-Hasta los 14 años los padres dan más o menos los pasos que se aconsejan en el libro, aunque sea de forma intuitiva: regalar una hucha, asignar una paga... Pero a partir de ahí, con el tema de invertir en bolsa, usted marca una diferencia respecto a la educación habitual.

-Porque los padres no saben cómo hacerlo. Invertir en bolsa no es sólo invertir de forma agresiva. Puede sólo comprar una acción de Telefónica. Imagina que tu padre, cuando tenías 10 años, te hubiese abierto un fondo de pensiones o un seguro de jubilación, pero son conceptos que las personas piensan sólo cuando les llega la hora y en otros casos ni eso.

-¿Hace falta disponer de mucho dinero para aplicar sus consejos?

-En bolsa se puede empezar a operar con 1.000 euros, 500 y hasta con 5 euros. Siguiendo los ejercicios capítulo a capítulo se dan los pasos para enseñar a los niños a un nivel muy básico

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