En Lanjarón, a diferencia que en el resto de ciudades y pueblos de España, ayer no se hablaba de resultados electorales. La localidad alpujarreña continúa triste en su tercera y última jornada de luto decretada por el Ayuntamiento de la localidad tras el lamentable suceso ocurrido el pasado sábado y que ya se ha cobrado la vida de dos vecinos como consecuencia del incendio en el Pub Nacional.

A la una en punto de la tarde de ayer, en la Plaza de la Constitución de Lanjarón, abarrotada por varios centenares de vecinos, tuvo lugar el minuto de silencio convocado por el Ayuntamiento. Un silencio tan sepulcral que incluso los trabajadores municipales cortaron el agua de la fuente de la plaza. Tras ello el alcalde de la localidad, Éric Escobedo, aseguró con gesto abatido que "son días muy complicados para los vecinos con un terrible suceso del que no se recuerda algo parecido en el municipio". "Estamos muy dolidos, tanto los fallecidos como los heridos, todos son vecinos, por lo que le podía haber pasado a cualquiera."

En cuanto a las investigaciones, el primer edil asegura que continúa "a la espera del informe oficial", apuntando que no le constan las "presuntas desavenencias" que, según los vecinos, había entre los dos fallecidos por problemas de ruidos. "Intentaremos investigarlo para que se sepa lo que pasó".

Asimismo añadió que "son negocios (los fallecidos son los propietarios del Hostal Astoria y del Pub Nacional) que están uno enfrente del otro y que llevan toda la vida en el municipio". Según Escobedo, el vecino que presuntamente provocó el incendio "no estaba siempre en Lanjarón", y, de hecho, según los otros vecinos, "acababa de llegar una hora antes de provocar la tragedia" que ya se ha cobrado dos vidas. "No sabemos qué pudo pasar exactamente".

Una hora antes del minuto de silencio tuvo lugar el entierro de Antonio, el segundo de los fallecidos y quien regentaba el pub Nacional, donde se produjo el incendio. El sepelio se ofició en la iglesia Nuestra Señora de la Encarnación y su entierro tuvo lugar en un cementerio municipal abarrotado tanto en el interior como en la calle.

En Lanjarón se respira aún hoy "indignación, impotencia y tristeza", y todos coinciden en lo mismo, hasta el propio alcalde lo reconocía: "si llega a ocurrir una hora más tarde, la tragedia hubiera sido aún mayor y con más víctimas".

En cuanto al estado de los heridos, según las últimas informaciones facilitadas por la Delegación de Salud, hay tres personas en estado "muy grave". El peor de ellos, uno de los camareros del establecimiento, de 25 años de edad, permanece ingresado en el hospital Carlos Haya de Málaga, en la Unidad de Cuidados Intensivos en estado muy grave, con casi el 80% de quemaduras de segundo y tercer grado en todo su cuerpo. En cuanto a los otros dos heridos, uno continúa en el hospital de Traumatología de la capital granadina, mientras que el otro fue trasladado el domingo desde Granada hasta el hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde se encuentra la unidad de referencia para grandes quemados, después de que así lo determinaran los facultativos ante la gravedad de las lesiones que presenta.

Según los datos que maneja la Guardia Civil en la investigación, el hombre que supuestamente provocó el incendio en un bar de Lanjarón, que le causó su propia muerte y la del gerente del negocio, entró al local con dos bidones de gasolina. Según el relato más probable de los hechos, el hombre entró al bar, derramó la gasolina de uno de los bidones -cayéndole a él mismo- y le prendió después fuego. Eso provocó la explosión del otro depósito en medio de los forcejeos del gerente del local y de los camareros con el supuesto provocador del fuego. El móvil que se baraja del suceso, y que cada vez cobra más fuerza, son las reiteradas quejas por ruido del presunto homicida contra el establecimiento atacado.

Mientras tanto, en señal de duelo, hoy siguen ondeando a media asta las banderas oficiales de la localidad.