El olfato es el sentido con más memoria: los olores se recuerdan en un 35%, mientras que el cerebro sólo recupera un 5% de las imágenes y un 2% de los sonidos. Pero además de traer a la memoria realidades pasadas, los aromas provocan en las personas sentimientos.

Con este fundamento científico surge la empresa Aromarketing, dedicada al marketing olfativo, es decir, introduce aromas en un ambiente comercial para crear conductas en los clientes del establecimiento (como permanecer más tiempo, incitar al consumo, proporcionar una experiencia agradable o identificar ese olor con la empresa). "Se trata de generar un ambiente único en cada negocio u oficina de manera que afecte positivamente a las personas", puntualiza el comercial de la delegación de Aromarketing en Granada, Alfredo González.

Para ello, la compañía dispone de más de 40 fragancias distintas procedentes de aceites esenciales, algunas de ellas casi inverosímiles, que son asignadas a cada negocio según las preferencias y necesidades de la empresa tras realizar un proceso de análisis y asesoramiento por parte del equipo técnico de Aromarketing. Así, el aroma de chicle, talco o nenuco está especialmente indicado para guarderías, jugueterías, pediatrías o tiendas de golosinas; la canela, el ozone y el bambú mejoran el día a día de las entidades financieras; el olor a brisa incrementa la productividad de las oficinas; o la fragancia a tierra húmeda y roble, aconsejada para las vinacotecas y bodegas.

De este modo, la Escuela Europea de Esqui y Snowboard de Sierra Nevada huele a jazmín y cítricos; el restaurante La Gloria, a pepino; el pub Gustav Klimt, a bambú; las oficinas de Bankinter a naranja y almizcle; y el café Aliatar, al chic Aire de Loewe, entre otros clientes de la franquicia granadina.

Pero además, Aromarketing puede crear logos olfativos personalizados -sin coste para el cliente- para aquellas empresas grandes que contraten un consumo mínimo, como es el caso de la cadena de hoteles Fiesta, quienes cuentan con cinco olores propios. Incluso los particulares pueden disfrutar de este innovador servicio: "Les dejamos un aparato con tres meses de duración por una cantidad inferior a la estipulada para las empresas", explica González. Asimismo, la franquicia granadina apuesta por fomentar el uso de los aromas en exposiciones, congresos y eventos. "Imagina la presentación en una discoteca de un nuevo perfume y un panel del que emane el aroma, sin tener que contratar a azafatas que repartan muestras", comenta el comercial de la empresa.

A pesar de la exclusividad del servicio -que apenas cuenta con competencia a nivel nacional-, los precios del producto no son nada prohibitivos y su instalación es muy sencilla, con el valor añadido de que los aparatos funcionan 24 horas al día y la intensidad es regulable. De hecho, colocar un difusor con un radio de acción de entre 40 y 50 metros cuadrados supone un coste de 22 o 25 euros al mes (según sea la linea estándar o premium). Aromarketing también ofrece difusores de hasta 500 metros cuadrados, productos hidrosolubles (que ofrecen la máxima calidad de aroma) y aparatos de difusión seca, especiales para sitios móviles.

Para facilitar aún más el desembolso económico, Aromarketing ha puesto en marcha un plan de retorno económico, consistente en pequeñas bolsitas aromáticas que la empresa compra a precios muy económicos y que puede vender (o regalar, en su caso) a sus propios clientes, amortizando el valor del difusor adquirido para el negocio.