Granada

Un día de fiesta e integración gitana

  • Decenas de personas se congregaron junto al río Genil para celebrar una jornada dedicada a la etnia gitana

El 8 de abril de 1971 se celebraba en Londres el Primer Congreso Gitano, en el que se acordó entre los participantes un himno y una bandera propias. Desde aquel momento, cada año se festeja en todo el mundo el Día del Pueblo Gitano, que ayer congregó entorno al río Genil a más de un centenar de personas con el objetivo de conmemorar y al mismo tiempo reivindicar igualdad de oportunidades para su etnia.

Junto a los que se decidieron a acudir a la celebración, fueron numerosos los curiosos que llamados por los colores y la música se acercaban hasta el río para comprobar lo que se estaba celebrando. A uno y otro lado del río el número de personas iba aumentando a medida que la mañana iba transcurriendo, y la mayoría decidieron quedarse hasta el final para escuchar tanto el manifiesto como la música que acompañó la celebración.

El acto comenzó con las intervenciones de la representante del Secretariado Gitano, Luisa Fernández; la delegada de Igualdad de la Junta, Magdalena Sánchez; y los técnicos de cultura del Ayuntamiento y la Diputación, Manuel Martín y Juan Pernas. Tras las declaraciones institucionales llegó el momento de la lectura del manifiesto 8 de abril, que leyó el bailaor Juan Andrés Maya, que destacó la importancia de la cultura gitana, "que cada vez llega a más lugares" y recordó que la innovación y la renovación también tienen cabida en este pueblo, en el que la tradición tienen tanto calado.

Los colores de su bandera, el azul y el verde, fueron los de los globos lanzados al cielo para conmemorar la fiesta gitana, celebrada en un río que representa el nexo de unión de un pueblo sin patria, que ha pasado siglos viajando de un lugar a otro.

Una vez que los globos quedaron esparcidos por el cielo granadino y finalizó la lectura del manifiesto, llegó el momento de que algunos de los asistentes se acercaran voluntariamente para emitir sus deseos. La igualdad, el respeto a la diversidad, dentro y fuera del pueblo gitano y la libertad, fueron las palabras que más se oyeron, mientras músicos y cantantes se preparaban para interpretar el himno gitano Gelem, Gelem.

Antonio Fernández y Mari Paz Muñoz pusieron las voces, en romanó y castellano, de un himno que recuerda a los gitanos que perecieron durante el holocausto nazi. La música corrió a cargo de dos músicos gitanos rumanos, que diariamente tocan sus instrumentos en las calles de la ciudad y que ayer quisieron estar presentes en la fiesta de su pueblo. Las rosas y las velas pusieron el colofón, junto al cante de Rafi Heredia y el baile de Iván Vargas y Juan Andrés Maya.

La diversidad fue una de las notas que diferenciaron la fiesta de ayer de las celebradas en otras ocasiones, en un evento cuyo objetivo final es lograr que se conozca la cultura gitana y que la integración sea una realidad.

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