Granada

Cientos de alumnos se encierran por el caos del máster de Secundaria

  • Más de 200 personas permanecen durante seis horas en el hall de la Facultad de Ciencias para reclamar a la UGR más pedagogía en los contenidos de la enseñanza y una mejor programación

"Llevamos muchos meses esperando un cambio en la organización y, como seguimos igual, hemos decidido pasar a la acción". El que dice estas palabras es el coordinador de la comisión de alumnos del máster de Secundaria, Álvaro Sanjuán, que encabezó ayer un encierro junto a más de 200 compañeros en protesta por la "mala organización" del curso que está en manos de la Universidad de Granada.

Desde las cuatro de la tarde hasta las diez de la noche permanecieron los manifestantes en el centro esperando una respuesta del Rectorado. Fue el vicedecano de Ciencias quien, en nombre del rector, se acercó para interesarse por las reivindicaciones del alumnado, pero al no aportar soluciones, decidieron poner fin a la protesta por la noche con el compromiso de repetir la acción la semana que viene si no hay cambios.

Entre las muchas reivindicaciones que hace esta comisión, que representa a los 800 inscritos en el máster de Secundaria que sustituye al antiguo Curso de Adaptación Pedagógica (CAP), destacan la falta de información que impera sobre el proceso de prácticas que deben desempeñar a partir del próximo mes.

Desde la Delegación de Educación, que es la encargada de gestionar con los institutos de Secundaria de la provincia el dispositivo para formar a los futuros profesores, se confirmó ayer que el convenio con Innovación ya se ha firmado estos días y que en breve se darán a conocer los centros.

El portavoz de los afectados, Sanjuán, dice que están "muy nerviosos porque a estas alturas todavía no se sabe la relación de centros donde realizaremos las prácticas". Son unos 80 institutos en total y la propuesta que le ha hecho la Escuela de Posgrado es que las realicen en dos turnos.

El rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, recibió a esta comisión después de Navidades y escuchó ("durante cinco minutos", según Sanjuán) sus reivindicaciones. Pero "lo único que cambió fueron las formas", explica el alumno afectado. Con esto se refiere al relevo que hizo el máximo representante de la Universidad en la coordinación del máster, nombrando a José Gutiérrez para el mismo cargo.

La presión de los exámenes de oposición pública, que se celebran en Andalucía en junio, eleva la tensión entre el alumnado, que se ve sometido a unos plazos de tiempo que difícilmente podrán cumplir satisfactoriamente. En poco más de tres meses deben concluir con el máster (que iniciaron en octubre), hacer un trabajo final de carácter pedagógico, prepararse al mismo tiempo las oposiciones y conseguir acreditar el nivel B1 (intermedio) en idiomas.

Los alumnos se inscribieron en el curso de posgrado sin que se determinara por ley el nivel de idiomas que se iba a exigir y la mayoría no tiene acreditada esta competencia. Están dando clases de idiomas a contrarreloj en el Centro de Lenguas Modernas (también gestionado por la UGR) y pendientes de examinarse en marzo (o mayo) para obtener el certificado.

"La UGR se comprometió a darnos clases de idiomas gratuitas pero parece que todo ha quedado en que nos informará en cinco sesiones sobre cómo será el examen", explica indignado Sanjuán que, además, se pregunta en qué ha quedado "la supuesta gratuidad de las clases" que prometió la Universidad.

A esta lista de problemas hay que añadirle un nuevo punto: la falta de enseñanza pedagógica. Los alumnos están sorprendidos no solo con "la desorganización", según ellos, del máster, sino con la ausencia de contenidos pedagógicos y sociológicos en las materias.

"¿Qué clase de profesores están formando con este curso?", se pregunta otro de los afectados.

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