Política rusa Pretenden aplicar los principios de los negocios en la política

Oligarcas rusos buscan poder

  • Los magnates aspiran a participar en política para defender sus privilegios, aunque no se espera que logren movilizar a una población reacia a darles más poder

Denostados por la gran mayoría de los habitantes del país, los opulentos oligarcas rusos han decidido dar un paso al frente al presentarse a las elecciones, aunque son pocos los que les auguran unos buenos resultados.

"No sé qué es ser de derechas, de izquierdas o de centro. Todos pronuncian eslóganes, pero no proponen nada constructivo a cambio", aseguró el multimillonario Mijail Projorov, propietario de los New Jersey Nets de la NBA.

Projorov se convirtió esta semana en el primer oligarca que decide dar el salto a la política desde 2003, año en que fue detenido el magnate petrolero Mijail Jodorkovski, que pagó muy caro su decisión de financiar a la oposición al Kremlin.

El empresario ruso se propone liderar el partido Causa Justa (CJ), que fue creado por el Kremlin en 2008 de las cenizas de la conservadora Unión de Fuerzas de Derecha, que representaba al gran capital, para aglutinar el voto de la clase media urbana.

"Quiero aplicar los principios de los negocios a la política. Es decir, el sentido común. No quiero criticar a nadie. Debe haber un programa que responda a los problemas actuales y un mecanismo para su solución", dijo.

Los oligarcas son muy mal vistos por los rusos, que relacionan su riqueza con las fraudulentas privatizaciones postsoviéticas de finales del pasado siglo que condenaron a muchos rusos a la más absoluta miseria.

Durante la reciente crisis financiera, magnates como Roman Abramovich u Oleg Deripaska perdieron gran parte de sus fortunas acumuladas en muchos casos merced a la especulación bursátil, pero ése no fue el caso de Projorov.

Projorov, que mantiene buenas relaciones con el Kremlin, se propone convertir a CJ en el segundo partido en la Duma en los comicios de diciembre, por delante de comunistas y nacionalistas.

"Es un objetivo real", dijo Projorov, el tercer hombre más rico de Rusia con una fortuna estimada en 18.000 millones de dólares, a la emisora de radio Kommersant FM.

La decisión final corresponderá a los compromisarios del partido que se reunirán a finales de junio en un congreso nacional, aunque su líder saliente, Leonid Gozman, ya describió a Projorov como un candidato "muy bueno".

Projorov, de 46 años, aseguró que, en caso de ser elegido líder del partido, abogará por aumentar la jornada laboral hasta las 60 horas y retrasar en varios años la edad de jubilación, iniciativas que ya han sido muy mal recibidas por los sindicatos.

La arriesgada apuesta de Projorov apenas ha suscitado entusiasmo entre la clase política, que considera que el pueblo ruso nunca apoyará mayoritariamente a un multimillonario. "¿Votar por un partido que dirige una persona que desea que todos trabajen 60 horas? No creo que ese partido vaya a cosechar un gran éxito electoral", señaló Sergei Mironov, líder del partido Rusia Justa y presidente del Senado.

Por otra parte, un grupo de ciudadanos rusos ha propuesto al encarcelado desde 2005 Jodorkovski, otrora el hombre más rico de Rusia, como candidato único de la oposición al Kremlin en las presidenciales de 2012, para lo que comenzó a recabar firmas en una página web. "La figura de Jodorkovski podría unificar no sólo a los liberales, sino a una parte significativa de la oposición, que debe presentar una candidatura que sea símbolo de la resistencia sin cuartel al poder", apuntaron los autores de la iniciativa.

La abogada del magnate, Karina Moskalenko, aseguró que no ve impedimento legal para que su cliente postule a las elecciones, ya que la primera condena de cárcel de ocho años está a punto de expirar y la segunda aún no ha entrado en vigor. "Jodorkovski es un condenado, pero es una persona profunda y racional que quiere a su país y, estando entre rejas, piensa en su patria", dijo.

En cambio, uno de los miembros de la Comisión Electoral Central, Maia Grishina, ya calificó la iniciativa de "acción de propaganda".

"Las autoridades le tienen miedo. Es un demócrata y un líder nato. Sus intervenciones son inspiradoras. Tiene una capacidad innata para expresar su ideario político", aseguró Ludmila Alexeyeva, veterana activista soviética y rusa.

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