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Breve entrada de Zelaya en Honduras

  • El presidente depuesto regresó a Nicaragua tras pasar dos horas en el país · El Ejército había avisado de que si el anterior jefe del Ejecutivo ingresaba en territorio hondureño sería detenido

El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, hizo ayer una breve incursión en su país, como acto simbólico, pero dos horas después volvió a cruzar la frontera con Nicaragua en la localidad de Las Manos para evitar ser arrestado, informó Reuters.

Zelaya cruzó acompañado por su canciller, Patricia Rodas, mientras que en la ciudad hondureña de El Paraíso, miles de manifestantes eran retenidos por los militares, informó la Agencia Boliviana de Noticias (ABN). Antes de su llegada, el mandatario depuesto pidió a las fuerzas militares que "no usen la violencia, ya que tengo el derecho legítimo de regresar a mi país y atender el mandato que el pueblo hondureño me dio".

Mientras cruzaba la frontera, el mandatario declaró que sólo está defendiendo sus derechos que "y los señores que están en esta actitud deben bajar sus fusiles y dialogar, yo creo que en el mundo está en riesgo el sistema democrático y no debemos ceder en este campo". En cuanto a la posibilidad de que las autoridades de facto lo apresasen, Zelaya afirmó que la justicia de los "golpistas es una justicia nula", por ello indicó que si lo detiene el régimen de facto "cometería un gran error porque esa situación no la aceptaría nadie".

El presidente depuesto Manuel Zelaya llegó ayer al puesto fronterizo de Las Manos, entre Nicaragua y Honduras, con la intención de penetrar en territorio hondureño. Zelaya y su comitiva se detuvieron a unos 100 metros de la línea fronteriza. El canciller venezolano, Ricardo Maduro, estaba cerca de él.

Al otro lado de la frontera, en terreno hondureño, a medio centenar de metros de la aguja de separación, estaban apostados decenas de agentes de la Policía nacional y efectivos militares, vestidos con uniformes de camuflaje, fuertemente armados y parapetados en escudos. Asimismo, un helicóptero de la Policía sobrevolaba el espacio aéreo en territorio hondureño.

Más allá, en la localidad de El Espino, varios centenares de seguidores trataban de romper el imponente cerco militar y policial para recibir al presidente depuesto por un golpe de Estado el 28 de junio.

La llegada de Zelaya a la frontera se produjo poco después de que el nuevo Gobierno de Honduras estableciera un nuevo toque de queda especial a partir de las 12:00 horas locales (20:00 hora española) para sus límites con Nicaragua y El Salvador.

Seguidores de Zelaya, que esperan recibirlo a su llegada desde Nicaragua, expresaron a medios locales su malestar por la represión de las Fuerzas Armadas y la Policía. Las fuerzas de seguridad hondureñas impedían el tránsito de vehículos y personas desde la ciudad de El Paraíso, departamento del mismo nombre, hasta el puesto fronterizo de Las Manos, situado unos 12 kilómetros al sur de esa localidad, dijo a la prensa el jefe policial de la zona.

Un simpatizante de Zelaya, Jesús López, quien viajaba de Tegucigalpa a Las Manos, expresó que "indigna que tengan una línea de policías" para impedir el paso, "pero ellos deben revertir esas armas, no ponerlas contra el pueblo hondureño".

El mandatario derrocado, que desde Managua emprendió el jueves el rumbo hacia la frontera con Honduras, continuó su recorrido después de abandonar un hotel cercano a Estelí, 149 kilómetros al norte de Managua.

Las autoridades del país han reiterado que si Zelaya entra será detenido porque tiene orden de captura por delitos cometidos en relación con una consulta por promover una Asamblea Constituyente a pesar de que fue declarada ilegal por varios órganos del Estado.

La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, calificó ayer de "imprudente" el intento del presidente derrocado de Honduras, Manuel Zelaya, de volver a su país porque "o contribuye al esfuerzo general emprendido para restablecer la democracia".

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